Maragall choca con ERC y el PSC al abrir una crisis de Gobierno
El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, fracasó el viernes en su intento de convencer a uno de sus aliados, Esquerra Republicana (ERC), de que apoye una reestructuración del Gobierno catalán. Después de que Maragall planteara su pretensión al presidente de ERC, Josep Lluís Carod, en varios encuentros, el secretario general de los republicanos, Joan Puigcercós, manifestó ayer que "ahora no toca" llevar a cabo una reestructuración del Gobierno autónomo y la pospuso hasta enero. Maragall intentaba ayer por la tarde convencer de su plan al primer secretario del PSC, José Montilla, lo que no consiguió, ya que el también ministro de Industria le transmitió su oposición a los cambios en el Ejecutivo.
Joan Saura se niega a hablar de cambios en el Gobierno hasta conocerlos de boca del presidente
Montilla transmite a Maragall, tras una larga entrevista, su oposición a la reestructuración
El republicano Joan Puigcercós asegura que "ahora no toca" efectuar cambios en el Gabinete
El presidente catalán quiere reducir de 16 a 12 el número de los departamentos de su Ejecutivo
Montilla conoció ayer de esta manera de primera mano los cambios proyectados por Maragall. El presidente catalán no explicitó el pasado viernes su proyecto ni al PSC ni a Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), a tres días de que comience en el Parlament el debate anual sobre la orientación del Gobierno y a dos semanas de que el Congreso de los Diputados decida la admisión a trámite de la reforma del Estatuto de Autonomía.
Montilla tuvo noticia de los planes de Maragall el viernes por la noche a través de Puigcercós. El otro aliado, ICV, se enteró ayer por la prensa, porque la segunda edición de El Periódico de Catalunya adelantó la noticia.
Maragall pretende una reestructuración que comportaría la reducción del número de carteras de 16 a 12 y la salida del Gobierno de los titulares de Gobernación (Joan Carretero), Universidades (Carles Solà) y Bienestar Social (Anna Simó). Los tres departamentos están dirigidos por miembros de ERC. La crisis también afectaría a cuatro departamentos dirigidos por socialistas o sus aliados de Ciutadans pel Canvi. Se trata de las carteras de Agricultura (Antoni Siurana), Industria (Josep Maria Rañé), Cultura (Caterina Mieras) y Justicia, del que es titular la principal figura de Ciutadans pel Canvi, Josep Maria Vallès. El actual secretario del Gobierno, Ernest Maragall, pasaría a ocupar la cartera de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información (DURSI). La intención del presidente catalán era crear macrodepartamamentos: Justicia e Interior, en manos de Montserrat Tura; Gobernación se sumaría a la cartera del primer consejero, Josep Bargalló, e Industria podría pasar a Comercio, del que es titular Josep Huguet.
Ésa era una de las hipótesis barajadas acogidas con sorpresa en las propias filas socialistas. Sorpresa que dejó paso a las caras largas, perceptibles en la reunión que el consejo nacional del PSC celebraba ayer por la mañana en la sede central del partido en Barcelona. Allí, Maragall afirmó que, tras haber logrado el pacto del Estatuto en Cataluña, es el momento oportuno de "impulsar y mejorar" el Gobierno catalán, cuya actuación dijo que ha quedado a menudo "oscurecida" por la larga y compleja elaboración de la reforma estatutaria.
Ésa fue su única alusión a la crisis, aparte de afirmar que pretende "apretar el acelerador" en la acción de gobierno. Fuentes socialistas explicaron que en la reunión el viceprimer secretario, Miquel Iceta, comparó negativamente la actuación de Maragall el viernes, al abrir la crisis sin contar con el PSC, con la del canciller alemán Gerhard Schröder, que sí puso por delante la coordinación con su partido en la negociación del futuro gobierno de coalición. Pero no hubo debate propiamente dicho entre Maragall y otros dirigentes del partido.Maragall y la vicepresidenta del PSC Manuela de Madre -que durante la reunión mantuvo una expresión muy adusta- tuvieron que abandonar el consejo nacional para asistir a las 12.00 horas al homenaje oficial a Lluís Companys, el presidente de la Generalitat republicana de cuyo fusilamiento se cumplían ayer 65 años.
Allí Maragall coincidió con sus socios de Gobierno: Josep Lluís Carod y Joan Saura. Para entonces, Iniciativa Verds (ICV) no tenía comunicación oficial de la crisis. El presidente de ICV se negó a hablar de ella a los periodistas, alegando que el presidente no le había informado de nada al respecto.
Quien sí habló fue Joan Puigcercós, secretario general de ERC. Lo hizo por la mañana para desaconsejar cambios en el Gobierno a pocos días del debate de política general en la Cámara catalana y del debate de la reforma del Estatuto de Autonomía en las Cortes. Puigcercós afirmó que el momento adecuado para plantear una reestructuración del Ejecutivo "sería en enero, cuando se cumpla el ecuador de la legislatura". Tras reconocer que la iniciativa para cambiar el Gobierno corresponde al presidente, Puigcercós manifestó sin embargo que "en todo caso debe consultarse con los partidos" que lo forman y le apoyan.
Ésa fue la crítica en la que abundó el vicepresidente de ICV, Jaume Bosch, quien dijo que la pretensión de Maragall supone "empezar la casa por el tejado" si no va precedida de un análisis "profundo y conjunto de todos los socios" sobre lo que necesita este Ejecutivo ahora que ya se ha aprobado el proyecto estatutario.
El intento de Maragall se ha producido pocos días después de que el líder de la oposición, Artur Mas, exigiera un cambio de Gobierno para sacarlo, dijo el martes pasado, "de la parálisis". Ayer Mas consideró que Maragall venía a darle la razón y pidió al presidente que no sólo cambie los nombres de los departamentos, sino que vaya más allá y cambie también las políticas y "que de una vez haya liderazgo".
De todas formas, el líder de CiU apremió a Maragall a que "haga bien" el cambio. "Si no ha consultado a su partido y sí a otro, esto es ir tan lejos en el despropósito que no es extraño que no funcione", agregó Mas.
También el PP había pedido un cambio de Gobierno. Y ayer su líder, Josep Piqué, tras calificar de "insólito" el método aplicado por Maragall para abrir la crisis, manifestó que la apoya porque "es necesaria" porque "hay muchos consejeros absolutamente quemados y han mostrado su ineficacia".
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