Gran 'iftar' en la embajada

Desayuno a la puesta del Sol sería un buen título para cualquier relato, pero es en realidad el Iftar, es decir, el momento en que los musulmanes culminan durante el Ramadán su larga jornada de ayuno. Más o menos a las siete y media de la tarde en este sombrío y lluvioso, por fin, mes de octubre. A esa hora, este jueves, el embajador de Estados Unidos en Madrid desde junio pasado, Eduardo Aguirre, tenía reunido en su espléndida residencia del paseo de la Castellana a medio centenar de líderes religiosos y políticos musulmanes residentes en España, entre embajadores, imanes y dirigentes de la Comisión Islámica. Es la primera vez que tal celebración ocurre y el embajador Aguirre, de 59 años, y su mujer María Teresa, emigrantes de Cuba como menores no acompañados a la edad de 15 años, agasajaron a sus invitados con una cena digna de Epulón: sopa harira, chebakya, briouats, ensalada oasis, méchoui, rollitos de carne picada (halal), pollo M'charmell (halal) y un maravilloso té, entre otros manjares. "Estados Unidos está orgulloso de sus ciudadanos musulmanes", proclamó el embajador sobre la religión de más rápido crecimiento en su país y también en España. La sensibilidad de Aguirre y María Teresa, padres de Eddy y Tessie, para con el islamismo y la extranjería, de manifiesto en un discurso que emocionó a los presentes, tiene que ver con la trayectoria del embajador como primer director de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), con rango de subsecretario dentro del Departamento de Seguridad Nacional. Allí dirigía un equipo de 15.000 personas que al año atendía más de seis millones de solicitudes de permisos a extranjeros.-