Utopía en Vitoria
El pasado sábado Vitoria-Gasteiz, se transformó. Fue como si hubiera crecido de repente. No en tamaño, ni en habitantes, sino en ilusión. El Casco Viejo se convirtió a lo largo del día en un buen lugar de encuentro, donde menores y mayores, románticos y ya antiguos renegones, nos juntamos a disfrutar. Sin más. La utopía de la autogestión, existe. Por lo tanto, y sin intentar quitar el puesto a Savater, la utopía ha dejado de serlo en el Gaztetxe.
Estos pequeños artesanos del sueño nos han enseñado que lo que mueve al Gaztetxe no es la utopía, ese descerebrado sueño de la juventud que acaba con la primera hipoteca de un piso en Lakua. No. La energía que mueve al Gaztetxe es la pura y dura realidad, en la que el espacio autogestionado, tanto físico, como mental, se convierte en la revindicación fundamental. Gasteiz necesita el Gaztetxe.
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