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Una pesadilla para sus hijos y su esposa

Vicente González, de 52 años, tiene un pasado recogido en atestados, detenciones y al menos una condena. Estuvo en la cárcel condenado por tráfico de drogas. Es un habitual de los bajos fondos, perfectamente conocido por la policía de Quart de Poblet y alrededores. Ha sido detenido por intervenir en peleas varias.

Su familia no se ha librado de las fechorías del fugitivo. Fuentes de la investigación reconocieron ayer que la relación familiar está rota desde hace años entre él, su mujer y sus hijos. Y que los enfrentamientos con los hijos, especialmente con el que ayer resultó herido de un disparo, no son excepcionales.

Ramón Villaplana se libró ayer por segunda vez de un ataque que podría haber sido mortal por parte de su padre. En febrero de 2002, Ramón Villaplana vivía en Valencia, en la calle del Río Nervión, en el número 5. Su padre se presentó una mañana armado con una escopeta y disparó contra una puerta. Se equivocó, no era la de su hijo. Era la del vecino. No hubo heridos. Pero dejó claras sus intenciones. Desde entonces hasta ahora, el agresor, según fuentes de la investigación, no ha dado tregua alguna. Sus hijos han amparado a su madre y rechazado la vida de su padre y su comportamiento. No han querido participar, según las mismas fuentes, ni conocer más de la vida que lleva su padre.

La policía nacional, que aseguró ayer tener no sólo perfectamente identificado al fugitivo sino incluso muy avanzadas las investigaciones sobre el entorno que podría cobijar al huido, insistió en que es una persona peligrosa, con cierta capacidad para esconderse y con dominio de las armas de fuego. Y que su objetivo de dañar a su familia no era nuevo, aunque no se puede actuar si no hay denuncia previamente interpuesta. Es por ello que la policía precisó que la mujer de Vicente González no tiene orden de protección ni él orden de alejamiento a pesar de la tensa y problemática relación que han vivido. Las mismas fuentes apuntaron que la droga ha sido el elemento de ruptura en la familia. Un agente del dispositivo desplegado ayer por la comisaría de Quart de Poblet afirmó: "No es que esté loco, no sé si estará enfermo, pero éste sabe perfectamente lo que hace".

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