Perdón surrealista

He leído con estupor que la Generalitat ha ayudado a reconstruir un monasterio en Grecia con la intención de pedir perdón por el mal que hicieron los almogávares hace 701 años. ¡Sinceramente, lo encuentro surrealista! Siempre había pensado que la Generalitat no tenía dinero, pero ahora resulta que sí lo tiene. ¿Por qué no restauran el refugio de Sant Aniol en la Garrotxa, o el Pont del Dimoni de Santa Eugènia del Gironès?, ¿es que aquí está todo hecho o es que somos un país de millonarios? Pero lo más perverso es la vertiente hipócrita de todo, el afán de quedar bien con toda la humanidad, muy extendido en la clase política que se cree progresista y presume de tolerante y cae en el ridículo más absoluto. En vez de reforzar la autoestima, nuestros gobernantes se dedican a pedir perdón constantemente por todo a fin de que nos compren el cava y otras futilidades.

Montando campañas para caer simpáticos, con esta actitud de servilismo, sólo conseguimos despertar menosprecio y tirar dinero que se podría destinar a catalanizar a los inmigrantes, dar prestigio a la cultura catalana o doblar películas al catalàn.

En resumen, no entiendo qué se pretende con esta actitud: ¿quizá generar un sentimiento de culpabilidad colectiva que lleve al país a un suicidio generalizado.