La oposición en el exilio pide apoyo para la transición en Cuba
Desde que comenzaron las cumbres iberoamericanas, hace 14 años, el presidente de Cuba, Fidel Castro, ha suscrito todas las declaraciones finales en las que los gobernantes reafirman su compromiso con la democracia y con el respeto a los derechos humanos. La represión en Cuba, sin embargo, no ha cedido un ápice y el régimen sigue violando cotidianamente las libertades individuales. Por eso, grupos de ex prisioneros políticos y de exiliados cubanos pidieron ayer en Madrid que las cumbres dejen de ser "letra muerta" y que los Gobiernos participantes se comprometan de manera decidida con la democratización en Cuba.
"Mis 19 años de prisión deberían haber quedado atrás, pero la historia se sigue repitiendo", dice Ana Lázara Rodríguez, del grupo Madres y Mujeres Antirrepresión por Cuba (MAR) "Las celdas de castigo, las torturas, las golpizas, debían ser cenizas sobre las que construir un nuevo país. Pero no son cenizas: son leños que siguen ardiendo impunemente".
Las mujeres del MAR, vestidas siempre de negro, y el grupo Plantados hasta la Libertad, integrado por antiguos prisioneros políticos, acuden a cada cumbre para denunciar, con sus testimonios, la realidad de la represión.
Junto a ellos, los grupos de exiliados cubanos en España se concentrarán el sábado en Salamanca, sede de la XV Cumbre. También Reporteros Sin Fronteras estará presente con una exposición sobre las Damas de Blanco, las mujeres de los 75 disidentes, muchos de ellos periodistas, detenidos durante la Primavera Negra de 2003.
Las cumbres no sólo no han servido para impulsar la transición en Cuba, dicen los disidentes, sino que además Castro las ha utilizado como plataforma. "Él es como el mono de feria, que donde quiera que va organiza el numerito. Parece mentira que un dictador que lleva 46 años en el poder siga siendo el fenómeno folclórico de las cumbres", comenta el médico Antonio Guedes, vicepresidente de la Unión Liberal Cubana.
El ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, anunciaba recientemente una "propuesta ambiciosa" del régimen de La Habana en materia de derechos humanos. "La oferta no llega y la represión empeora", señala Marta Frayde, del Comité Cubano Pro Derechos Humanos. Desde julio, una treintena de opositores han engrosado la lista de 306 presos políticos y las agresiones a los disidentes se multiplican. "Castro se va a seguir riendo de la comunidad internacional, como lo ha hecho siempre", dice Guedes. "Por eso España tiene que mirar más allá del dictador y apostar sin complejos por los demócratas". Mientras, los exiliados piden una medida simbólica: que la silla de Cuba en las cumbres iberoamericanas permanezca vacía hasta que sea ocupada por un gobernante legítimo, elegido democráticamente.
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