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Seat eleva a 1.400 la cifra de trabajadores que le sobran por la caída de la producción

Los sindicatos rechazan la propuesta de la empresa de recortar salarios y tiempo de trabajo

La plantilla de Seat, que desde hace meses está en vilo por las consecuencias de la caída progresiva de la producción, el retroceso de las ventas y los ecos que llegan desde Alemania sobre la delicada situación de Volkswagen, echó ayer a temblar. Las estimaciones de la compañía sobre el personal sobrante rondaban las 800 personas. Sin embargo, la dirección del grupo cifró ayer el excedente en 1.400 trabajadores, casi un 10% de los empleados directos e indirectos del grupo. La empresa insiste en su propuesta, rechazada por los sindicatos, de recortar salario y tiempo de trabajo.

Las malas noticias estallaron en la reunión que ayer celebraron en Zona Franca (Barcelona)la dirección de Seat con el comité intercentros. Y el aumento de la plantilla sobrante no fue el único jarro de agua fría que cayó sobre los representantes de los trabajadores. Si la producción para este año caerá varias decenas de miles de unidades más de las previstas, para situarse ligeramente por debajo de las 390.000, la información facilitada por la empresa de cara al año próximo tampoco ha tranquilizado a los sindicatos: en 2006 se fabricarán 429.000 vehículos.

Seat explicó que, además de las 800 personas que sobran visto los coches que se van a producir -consecuencia de ello se suprimirá el turno de tarde en la línea 2 que fabrica el Altea, el nuevo Toledo y el antiguo León a partir del próximo 7 de noviembre-, "el excedente afecta a todo el grupo". En el punto de mira figuran también el centro técnico, la filial de cajas de cambio Gearbox, Seat Sport, parte de los concesionarios propios que tiene el grupo automovilístico y las comercializadoras Seat Portugal y Seat Deutschland.

Las ventas, que principalmente se dirigen a Europa, no tiran. En los primeros ocho meses del año, se contrajeron un 5%. Los sindicatos llevan tiempo focalizando buena parte del problema en el funcionamiento del área comercial, a diferencia de otros baches pasados en los que los problemas se centraban en el área de producción. Ello en un momento en el que la empresa está reorientándose hacia un nuevo segmento de modelos de carácter deportivo y en que ha protagonizado tres lanzamientos de nuevos coches en poco tiempo. Uno de los problemas a los que se enfrenta la compañía es el afloramiento de existencias en la red comercial que inicialmente no estaban contempladas, según fuentes sindicales. Preguntada al respecto, la empresa se limitó a apuntar que "estamos optimizando nuestros stocks".

Los representantes sindicales volvieron a rechazar de forma contundente la propuesta de la empresa consistente en activar la cláusula de salvaguarda que prevé el convenio colectivo cuando se agota la bolsa de horas con la que el grupo adapta el tiempo de trabajo a la demanda y, en consecuencia, a la producción. En la actualidad, por la caída de la producción, los trabajadores adeudan ya más de 30 días a la empresa.

Dicha clásula de salvaguarda incluye la posibilidad de recortar el tiempo de trabajo y el salario, sin grandes precisiones. El presidente de Seat afirmó a finales del pasado mes de agosto que su voluntad era recortar ambos alrededor del 10%. Matías Carnero, presidente del comité de empresa de SEAT y miembro del sindicato UGT, subrayó que los sindicatos "han rechazado el plan propuesto por la empresa" y aseguró que pondrán en marcha "una plataforma conjunta para proponer alternativas e incluso con movilizaciones". Por lo menos hasta ahora, la unidad de acción sindical ha funcionado. "Vienen meses muy duros, hay mucha preocupación", reconocía desde Alemania, Vicenç Rocosa, secretario general del Metal de CC OO de Cataluña.

Advertencias

Desde la constatación del problema, el verano pasado, los mensajes de advertencia desde Seat, desde el grupo Audi en el que se engloba su marca y desde la propia matriz Volkswagen no han cesado. El último en hablar ha sido el presidente de Audi y del consejo de administrción de Seat, Martin Winterkorn. El alto directivo descartó el cierre de Seat o su venta a un grupo chino, pero a renglón seguido afirmó que Seat "no debe escatimar esfuerzos en el exigente proceso de cambio en el que se halla inmersa la empresa" hacia los modelos deportivos.

El presidente de Seat, Andreas Schleef, con quien los sindicatos han mantenido hasta ahora una relación cordial, ha intentado tranquilizar por carta a la plantilla, al tiempo que le pedía su apoyo. "¡Solo no puedo conseguirlo!", rezaba la carta.

Schleef y el vicepresidente ejecutivo de Recursos Humanos, Ramón Paredes, tienen previsto entrevistarse el próximo jueves en el Palau de una preocupada Generalitat -Seat es la primera industria de Cataluña- con el presidente catalán, Pasqual Maragall, y su consejero de Trabajo e Industria, Josep Maria Rañé.

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