Un libro recuerda la vida del escritor y periodista Fabián Vidal
Como un "auténtico desconocido en la actualidad" describe la joven investigadora Juana María González la figura del escritor y periodista granadino Fabián Vidal. Interesada por los artículos de este periodista republicano que ganó una importante reputación profesional en su época, Juana María González comenzó a dar luz a la compleja biografía en un trabajo de investigación con motivo de su tesina, dirigida por el catedrático de literatura de la Universidad de Granada Andrés Soria Olmedo y publicada por la institución.
González ha logrado explicar los pormenores y las circunstancias de su destierro y de su muerte, que nunca antes habían sido clarificados. A pesar de que algunas referencias bibliográficas daban por muerta a la única hija del periodista, la investigadora consiguió entrevistarse con ella varias veces, al igual que con los sobrinos del autor. Ahora, lo que se desvela de la investigación de la joven licenciada en Filología Hispánica, que en la actualidad trabaja en la Residencia de Estudiantes con el epistolario de León Sánchez Cuesta con Pedro Salinas y Jorge Guillén, es una vida apasionante que enriquece un importante periodo para la historia del periodismo en España.
Nacido en 1883, Fabián Vidal es el pseudónimo de Enrique Fajardo, hijo de una familia de pensamiento republicano que no disfrutaba de una buena situación económica. Por este motivo se vio obligado a trabajar en la Eléctrica General Granadina, aunque sus inquietudes fueran otras. En 1899 comienza a publicar sus primeros artículos en prensa, y en 1902 colabora con el semanario republicano Avante.
Tras marchar a Madrid ingresa en La Correspondencia de España, que en 1916 le envió al frente francés de la I Guerra Mundial como corresponsal. Por su trabajo durante la contienda obtuvo la Legión de Honor francesa, y aquella experiencia le llevó a publicar Crónicas de la Gran Guerra, un documento excepcional en el que pueden identificarse algunos de sus valores: una honda preocupación por la situación social de los desfavorecidos y el rechazo al caciquismo. En opinión de Nani González, "el escritor llega a percibir tan hondamente el dolor por la España que vive que el tono pesimista invade la mayoría de sus artículos y pequeñas novelas".
Vidal regresa a España y comienza a colaborar con La Vanguardia hasta asumir la dirección de La Voz hasta el año 1936. En 1931 fue elegido diputado a Cortes por Granada, hasta que se produce el estallido de la Guerra Civil, que le obliga a exiliarse, en primer lugar a Francia y después a México. En 1939, enfermo de asma y prácticamente ciego, el periodista de los sin voz toma de decisión de quitarse la vida.
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