El Parlamento vasco condena a ETA y respalda a los amenazados

El Parlamento vasco condenó ayer los atentados cometidos por ETA durante los últimos meses contra empresarios y profesionales y exigió a la banda terrorista el cese definitivo de su actividad. Esta declaración, que fue aprobada como una proposición no de ley, contó con el apoyo del PNV, EA, Ezker Batua-Izquierda Unida, PP y PSE. Aralar se abstuvo, mientras que EHAK no votó, aunque sí participó en el debate.

La iniciativa fue debatida en el primer pleno celebrado por la Cámara vasca en su nueva legislatura, casi ocho meses después del que cerró el anterior mandato el 21 de febrero.

La condena a la banda terrorista fue posible después de que los grupos lograran un acuerdo a partir de una primera propuesta del PP. Se trata de un consenso casi inédito durante la pasada legislatura, y hace pensar en la existencia de un clima político menos enrarecido que el vivido por el Parlamento autónomo en los últimos cuatro años. Los partidos que apoyaron el texto se felicitaron por el acuerdo y lamentaron que no hubiera sido más amplio. La portavoz de Aralar, Aintzane Ezenarro, también rechazó los atentados, pero justificó la abstención de su grupo porque la existencia de "nuevos tiempos" requiere de "discursos más apropiados".

Por su parte, desde EHAK, Nekane Erauskin se lamentó de que ningún partido se haya dirigido a su grupo para consensuar nada y reiteró su mensaje habitual de que está en contra de la conculcación de todos los derechos humanos. "La única vía", dijo, "es sentarse todos alrededor de una mesa y buscar un acuerdo que garantice los derechos de todas las partes en conflicto".

El propio lehendakari, Juan José Ibarretxe, animó al PP, durante el debate de otro punto del pleno, a "no mirar hacia atrás" en la política vasca, para poder conseguir la normalización política de Euskadi. Ibarretxe respondió así después de que los populares le acusaran de entender la normalización política como "un sinónimo de impunidad" para quienes colaboraron o pertenecieron a ETA, algo que el jefe del Ejecutivo autónomo rechazó tajantemente.