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Reportaje:TEATRO

El don de la ubicuidad

Javier Vallejo

Casa y Jardín son dos comedias que encajan una en la otra como la mano derecha en la izquierda. Hubieran podido ser un Sueño de una noche de verano de largo metraje si a Alan Ayckbourn, su autor, no le fascinara jugar con el tiempo, el espacio y los límites de la teatralidad. En Sisterly Feelings, desarrolla cuatro variaciones sobre la misma trama. Intimate Changes se puede montar en 16 versiones diferentes, según se combinen sus 30 escenas. Cada pieza de su trilogía The Norman Conquests está ambientada en una parte del chalé del protagonista, durante un fin de semana. Casa y Jardín (2000) superan los anteriores ejercicios de virtuosismo de Ayckbourn. Estas dos obras tienen personajes idénticos y el mismo elenco: deben representarse en teatros próximos, para que los actores puedan pasar, corriendo, de uno a otro, ida y vuelta. En Londres se hicieron en el Lyttelton y el Olivier, dos salas del Royal National. Ferran Madico y la compañía del recién creado Centre d'Arts Escèniques de Reus van a rizar el rizo. Entre el Teatre Bartrina y el Fortuny hay unos 400 metros de calle peatonal, que será acotada para que los actores tomen un coche y lleguen a tiempo a las entradas más comprometidas. En el National, tuvieron que inventar un sistema de señales acústicas para advertir a los intérpretes de que debían estirar una escena, o acelerarla, para no perder comba. En Reus están midiendo los tiempos a cronómetro: el estreno es el 13 de octubre.

Los dos ejes de Casa son

Teddy Platt, empresario mujeriego, y Trish, su esposa, que lleva sin mirarle ni hablarle desde que se lio con su mejor amiga. Ésta, su ingenuo marido, una actriz francesa con fuego en el cuerpo y Gavin Ryng-Mayne, novelista asesor del primer ministro, están a punto de llegar a comer a la mansión de los Platt. Gavin viene a pedirle a Teddy que acepte ser candidato al Parlamento por su partido: no sabe lo que se avecina, como los turistas que llegaron a Nueva Orleans en vísperas del huracán Katrina. Va a presenciar la caída en picado de Teddy, el estallido de su castillo de afectos artificiales. Ayckbourn es un maestro de la comedia a tres bandas: trenza el juego, huye de la carambola fácil y empalma sin pausa golpes hilarantes. Jardín transcurre en la parte de atrás de la casa de Teddy, donde sus criados y alguna gente del pueblo preparan con afán la fiesta que en España llamamos de la Virgen de Agosto. Las dos comedias corren simultáneamente: la primera escena de cada una empieza a las ocho de la mañana; la segunda, a las once... Cuando un personaje sale de Casa por el foro entra en el escenario de Jardín. Todos pasan de una obra a otra, y del Fortuna al Bartrina. El humor de Ayckbourn es cruel unas veces, otras lírico y, casi siempre, descacharrante.

El universo de Casa y Jardín es el de Sueño de una noche de verano puesto al día: el palacio de Teseo y el bosque se han transformado en una quinta por la que corren en celo Joanna, la actriz Lucille Cadeau, la criada Pearl, el joven Jake, enamorados de quien no deben, ebrios, a punto de perder el rumbo de sus vidas en una tarde mágica, bajo el aguacero. Cada obra por separado se ve, y se ríe, pero juntas cobran un sentido mayor, como un suceso contado por testigos dispares. Tienen más puertas que un vodevil, y un amargor y una alegría de vivir que trasciende el género. Si el primer acto y el último de Por delante y por detrás se pudieran representar a la vez, el resultado no sería más divertido. Ayckbourn no tiene la patente de esta clase de experimentos. Jérôme Deschamps representó hace 14 años Lapin Chasseur, montaje en el que la mitad del público veía la actividad de la cocina de un restaurante, y la otra mitad, a los comensales. Cada parte escuchaba a la otra reír a mandíbula batiente, sin saber de qué hasta después del descanso, cuando, intercambiadas las posiciones, se completaba el círculo cómico. Ayckbourn, como Deschamps, tiene un toque Tati.

Ferran Madico ha reunido un gran reparto: Andreu Benito, Rosa Novell, Mar Ulldemolins, Ricard Borràs, Rosa Renom, Dafnis Balduz, Pep Tosar, Carles Martínez, Lluïsa Castell, Maria Lanau, Anna Güell, Xavier Capdet, Carme Fortuna y Mercè Martínez.

Casa y Jardín. Reus (Tarragona). Teatros Fortuny y Bartrina. Del 13 al 23 de octubre. Los sábados, doble función.

Al fondo, Ferran Madico con Rosa Novell, en un ensayo.
Al fondo, Ferran Madico con Rosa Novell, en un ensayo.

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Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

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