Un espía filipino en la Casa Blanca
Detenido un 'marine' por enviar información secreta desde Washington a Manila
Tanto la CIA como el FBI se enfrentan al primer caso de espionaje de la historia contemporánea en la Casa Blanca. Un marine nacido en Filipinas pero con pasaporte estadounidense, Leandro Aragoncillo, está siendo investigado por el Departamento de Justicia por el robo de documentos clasificados mientras trabajó en la oficina del vicepresidente, Dick Cheney, hasta el año 2003. Aragoncillo, 46 años, supuestamente accedió a través de los ordenadores de la Casa Blanca a información sensible relacionada con Filipinas y la filtraba a los líderes de la oposición de Manila, que planeaban un golpe de Estado, según informó la Administración de George W. Bush.
Tanto Aragoncillo como Michael Aquino, un antiguo subdirector de la policía nacional de Filipinas que vive en Nueva York, fueron arrestados en Newark y acusados por un tribunal federal el pasado mes por enviar información clasificada a Filipinas, dos años después de que Aragoncillo dejase la Casa Blanca y pasara a trabajar como analista de inteligencia para el FBI tras servir como marine durante 21 años. Aragoncillo y Aquino siguen detenidos sin posibilidad de fianza.
Las acusaciones contra Leandro Aragoncillo desatan una tormenta política en Filipinas
Ni la Casa Blanca, ni el FBI ni el Departamento de Justicia hacen declaraciones. Pero confirman que Aragoncillo trabajó en la Casa Blanca en 1999, cuando Al Gore ocupaba la vicepresidencia del país. La cadena de televisión ABC informaba el miércoles por la noche de que el propio Aragoncillo ha admitido haber robado documentos mientras trabajaba para Cheney. También confesó durante su interrogatorio haber copiado o sustraído más de un centenar de documentos clasificados sobre el mundo político de Filipinas, de ellos 37 catalogados como secretos.
Según informaba el diario The Manila Times el mes pasado, tanto el ex presidente filipino Joseph Estrada (1998-2001) como el líder de la minoría en el Senado, Aquilino Pimentel, y el diputado Roilo Golez han reconocido que recibían información de Aquino, quien a su vez la obtenía de Aragoncillo.
El senador filipino Panfilo Lacson, uno de los dirigentes del movimiento político y social que busca la destitución de la presidenta, Gloria Macapagal Arroyo, fue el primero en reconocer el mes pasado su asociación con Aquino, al que consideró como un hijo, según informaba el diario The Manila Times. Aquino, de 39 años, era uno de los más cercados colaboradores de Lacson cuando éste dirigía la policía nacional de Filipinas, puesto que perdió como consecuencia de la revuelta popular pacífica que derribó a Estrada en enero del 2001.
El ex presidente Estrada confirmó que los documentos que recibió, ninguno de ellos clasificado, provenían de Leandro Aragoncillo. "¿Por qué me meten en este lío?", preguntaba hace un mes en el diario Philippine Daily Inquirer. "No sé de ningún asunto que tenga que ver con Aragoncillo", dijo entonces.
Las acusaciones contra Aragoncillo y Aquino han desatado una tormenta política en Filipinas. Fuentes oficiales de ambos países relataban ayer en The Washington Post que EE UU se encuentra atrapado entre dos fuegos: la presidenta y sus rivales, que intentan echarla del poder. Filipinas atraviesa una crisis política que estalló el pasado mes de mayo con denuncias sobre comisiones millonarias del juego ilegal pagadas a miembros de la familia de Macapagal Arroyo, a quien la oposición acusa de fraude durante el escrutinio de los votos en las presidenciales del año pasado.
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