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La UE enviará comisiones a Turquía para examinar a fondo su legislación

Cada uno de los 35 capítulos de la negociación deberá cerrarse por acuerdo unánime

Andreu Missé

Pasada la euforia del acuerdo de apertura de las negociaciones de adhesión de Turquía a la Unión Europea, empieza el trabajo duro y rutinario. La primera medida que adoptará la UE es el envío a Turquía de varias comisiones, formadas por expertos de alto nivel, para examinar a fondo el estado de la legislación turca y la forma de adaptación a la comunitaria. Durante los próximos 10 o 15 años, el aspecto fundamental del proceso negociador consistirá en establecer los mecanismos para que Turquía adapte a su legislación todo el acervo comunitario.

En una primera etapa, que se desarrollará durante los próximos 12 meses, las comisiones de expertos enviadas por la Unión Europea elaborarán sus respectivos informes sobre el estado de la cuestión en cada uno de los 35 capítulos en que se ha distribuido las materias objeto de negociación.

Los técnicos comunitarios realizarán sus trabajos de acuerdo con los datos e informes proporcionados por las autoridades turcas. Después, la Comisión Europea verificará estos trabajos que se remitirán al Grupo de Ampliación, que depende del Comité de Representantes Permanentes formado por los embajadores de los 25 Estados de la Unión.

Posteriormente el resultado de estos trabajos se debatirá en la Conferencia Intergubernamental, en la que participará la Presidencia de la Unión, un representante de cada uno de los 25 miembros, por una parte, y Turquía, por otra. Cada uno de los 35 capítulos se abrirá y cerrará por acuerdo unánime. Los capítulos son tan amplios y genéricos como impuestos, libertad de movimiento de capitales, energía, aduanas, derechos fundamentales, educación, estadísticas o transportes.

Paralelamente a la verificación del estado actual de la legislación turca, empezarán las negociaciones "por los capítulos menos problemáticos", según indicó ayer una fuente diplomática en Bruselas. Los capítulos más polémicos, como el de transportes, se dejarán para el final.

En este caso se incluye la regulación del movimiento de naves y aeronaves, que sigue siendo un punto conflictivo, al negar las autoridades turcas el acceso a sus puertos y aeropuertos a los barcos y aviones chipriotas. En este sentido, el presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, volvió a insistir ayer en la conveniencia de "aprovechar la ocasión de la apertura de las negociaciones con Turquía para lanzar una nueva iniciativa sobre la solución de la cuestión chipriota". Otras fuentes indican que los primeros tres capítulos que se empezarán a negociar en los próximos meses son el 5 (concursos públicos), el 25 (ciencia e investigación) y el 26 (educación y cultura).

Esfuerzo reformador

Durante los últimos años, Turquía ha realizado un importante esfuerzo en materia de reformas legislativas que han afectado a la Constitución, el Código Civil, la Seguridad Social, abolición de la pena de muerte, reforma del Código Penal y seguro de desempleo, entre otras.

La Asociación de Empresarios e Industriales Turcos ha destacado estos días el impulso que supondrá la ampliación para su economía, que cuenta con un Producto Interior Bruto de 580.000 millones de euros y creció casi el 10% en 2004. Turquía está registrando una rápida transformación social y el 74% de su población ya vive en zonas urbanas.

La intervención de las autoridades norteamericanas para el logro del acuerdo ha quedado explícitamente clara en los días después del acuerdo. Ayer fue Namik Tan, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores turcos, quien agradeció públicamente el respaldo de Washington. "El apoyo de Estados Unidos a Turquía durante las negociaciones con la Unión Europea", dijo Tan, "fue claro, natural y correcto. Estamos encantados con ello". A pesar de las presiones de Austria, el acuerdo ha sido plenamente satisfactorio para Turquía, ya que logró que en el mandato negociador no se incluyera ninguna mención a la "asociación privilegiada", como propugnaba el canciller Wolfgang Schuessel.

Las cautelas en el reforzamiento de "la capacidad de absorción" para garantizar que la entrada de Turquía no distorsione las instituciones comunitarias ni a su economía, "son difíciles de calibrar y poco relevantes", según una fuente comunitaria. El Gobierno de Viena, ha sido, sin embargo, uno de los principales beneficiados del acuerdo al conseguir el inicio de negociaciones con su vecina Croacia.

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