El PP movilizará todos sus recursos contra "la crisis constitucional" que abre el Estatuto

Mariano Rajoy convocó ayer un Comité Ejecutivo Nacional extraordinario y monográfico sobre el Estatuto catalán. Hubo un largo debate sobre la gravedad de "la crisis constitucional" que, según el PP, "ha abierto [José Luis Rodríguez] Zapatero con su irresponsabilidad". La conclusión fue que todo el partido, en las instituciones en las que esté presente, intentará movilizar todos sus recursos para explicar lo que Rajoy denomina "un conflicto muy grande por esta tropelía". Rajoy pidió al presidente del Gobierno que "respete la ley" y, "si quiere cambiar la Constitución, lo haga cumpliéndola".

Tras dos breves informes de Ángel Acebes y Josep Piqué sobre la aprobación del proyecto de Estatuto en el Parlamento catalán, Rajoy pidió opinión a los miembros del Comité Ejecutivo sobre cuál debe ser la reacción del PP. Intervinieron, entre otros, Jaime Mayor, Eduardo Zaplana, Ignacio Astarloa, Gabriel Elorriaga, Francisco Camps, Federico Trillo y Alejo Vidal-Quadras. La única diferencia de criterio se refirió a las formas con las que oponerse al Estatuto. Unos pusieron el acento en "evitar la confrontación territorial y el victimismo". Y otros destacaron que "lo peor que puede hacer el PP es inhibirse ante una crisis constitucional de tanta gravedad".

No hubo un mandato final de Rajoy sobre las medidas concretas que adoptará el PP y sólo quedó clara la decisión de movilizar al máximo al partido para en todas las instituciones en las que está presente -ayuntamientos, parlamentos autónomos, Congreso y Senado- explicar cómo les afectaría "el cambio de modelo de Estado que se ha decidido desde Cataluña" y demostrar la "máxima discrepancia activa del PP a esta reforma constitucional clandestina".

Rajoy interrumpió el Comité Ejecutivo cuando aún había varias palabras pedidas, incluida la de Esperanza Aguirre, pues ambos estaban citados a un almuerzo público organizado por la Cámara de Comercio americana en España. Allí, ante un foro de empresarios, el líder de los populares redujo al mínimo el discurso económico que llevaba preparado y dedicó la mayor parte de su intervención al Estatuto catalán. Desgranó su ya conocido argumento de que "no estamos ante la reforma de un Estatuto sino ante una Constitución para Cataluña que, además, es una reforma encubierta de la Constitución de 1978".

"Si alguien quiere reformar la Constitución puede hacerlo, pero para eso tiene que pedir opinión al conjunto del pueblo español", aseguró Rajoy. Según él, "los diputados de las Cortes catalanas han decidido la ruptura de la soberanía nacional, han decidido regular, sin preguntar al conjunto de los españoles, cómo se va a organizar España en el futuro, y eso no puede ser".

Las preguntas del público en el coloquio posterior también se concentraron sobre este asunto. Rajoy dejó caer que habría sido mejor para España que el Estatuto hubiera embarrancado en Cataluña. Ahora, subrayó, la "situación es muy difícil: Si se aprueba como está, estaremos aprobando algo disparatado que va a provocar conflictos muy grandes entre las comunidades autónomas y que irá al Tribunal Constitucional. Si se aprueba vamos a tener un lío porque ese Estatuto es absurdo. Pero si no se aprueba, estaremos de nuevo ante la eterna polémica de que no se respeta la voluntad de Cataluña".

Rajoy pidió al presidente que trate este estatuto como el Plan Ibarretxe. Ambos, según él, pretenden "una ruptura de la Constitución y del espíritu de la Transición". El líder popular reclamó a Zapatero "que respete la ley", pues "no se puede hacer una modificación de la Constitución sin consultarlo en elecciones". El nuevo Estatuto, según Rajoy, "es una injusticia que se comete con los catalanes" porque "nadie sabe lo que se aprobó el viernes". Es, según él, "una tropelía cometida por unos irresponsables" que ahora hay que "parar de la mejor manera posible".