El Ejército de EE UU asegura que ha matado a ocho rebeldes en ataques cerca de la frontera siria
El Ejército estadounidense proseguía ayer la Operación Puño de Hierro en la zona de Qaem, cerca de la frontera con Siria, para tratar de desarticular un supuesto "santuario terrorista". Después de dos días de combates, EE UU asegura que ha matado al menos a ocho insurgentes sin sufrir ninguna baja.
La acción del millar de soldados, apoyados con medios aéreos, se centraba sobre la localidad de Sadah, a 12 kilómetros de la frontera con Siria. Sin embargo, algunos testigos apuntaban que los combates se estaban extendiendo a otras localidades, como Karabila y Rumana, donde hubo también bombardeos de EE UU.
Al Qaeda aseguró ayer, a través de un comunicado en Internet cuya autenticidad no pudo comprobarse, que ha secuestrado a dos de los marines que participaban en la ofensiva y que los matará en 24 horas si no se liberan a las mujeres suníes presas en Irak. Un portavoz del Ejército estadounidense negó en cambio que haya habido ningún secuestro.
"Al Qaeda ha tenido éxito en el secuestro de dos soldados estadounidenses y da a los infieles 24 horas para liberar a las prisioneras suníes", se asegura en el comunicado, firmado por el portavoz de la organización en Irak, Abuy Maysara al Iraqi, y difundido en un portal de Internet que suele albergar información de grupos islamistas radicales.
El mensaje no incluye fotografías ni imágenes que prueben que el secuestro efectivamente se ha llevado a cabo. De confirmarse, sería la primera ocasión en que la insurgencia logra secuestrar a soldados de Estados Unidos. El pasado 3 de agosto, Al Qaeda aseguró que había secuestrado a un marine, pero resultó ser falso.
Un portavoz del Ejército estadounidense en Irak, el teniente coronel Steve Boylan, aseguró que esta vez la información también es falsa: "No he oído nada de que alguno de nuestros soldados haya sido capturado durante la Operación Puño de Hierro; sospecho que se trata de rumores sin fundamento, tal como ha ocurrido en el pasado", aseguró.
La insurgencia siguió ayer cometiendo atentados en varios puntos del país. En Bagdad, hombres armados mataron a un alto cargo del Gobierno, Safaa Muhamad, que era director general del Ministerio de las Municipalidades y la Administración Pública.
En Ramadi, a 110 kilómetros al oeste de la capital, un policía murió tras ser tiroteado por rebeldes, mientras que en Nayaf, 150 kilómetros al sur de Bagdad, dos personas murieron y 16 resultaron heridas como consecuencia de una granada de mano lanzada sobre un grupo que celebraba una boda. En Udaim, 110 kilómetros al norte de la capital, un ciudadano kurdo fue secuestrado pistola en mano. En cambio, ayer fue liberado el hermano del ministro del Interior, secuestrado el sábado.
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