Las empresas del sector energético han protagonizado 130 fusiones en ocho años
Las grandes compañías europeas afrontan inversiones de más de 1,15 billones en 25 años
El sector empresarial de la energía se ha convertido en un coto de caza. Desde 1997 se han registrado en todo el mundo 130 operaciones de concentración, especialmente en Estados Unidos. Entre las operaciones, las más abundantes han sido las fusiones entre eléctricas y gasistas (50 operaciones), seguidas por las uniones entre eléctricas (40). La necesidad de inversiones anima a las compañías a unir fuerzas: en Europa, los grandes grupos energéticos tendrán que hacer frente a inversiones de 1,15 billones de euros en 25 años para atender la demanda de electricidad.
En España, la oferta pública de adquisición (OPA) en marcha de Gas Natural sobre Endesa y la entrada del grupo constructor y de servicios ACS en el capital de Unión Fenosa, con una inversión de 2.219 millones, se relacionan con esa tendencia a la unión en el sector energético, enmarcada a su vez en una situación de carestía de la materia prima, inestabilidad de los mercados, diseños de mercados regionales integrados, desregulación y nuevas exigencias medioambientales.
En sólo ocho años, se han producido 130 operaciones de concentración en el sector mundial de la energía. Las variables han sido todas las posibles: entre empresas eléctricas y gasistas (50 operaciones), las más abundantes; de eléctricas entre sí (40); de petroleras (30); de petroleras y compañías de gas (cuatro); de petroleras, eléctricas y empresas de gas (tres) y de petroleras con eléctricas (dos).
En Europa, la tendencia a integrar empresas de gas y de electricidad (como sucede en el caso de Gas Natural y Endesa) es un hecho: Francia, Bélgica, Alemania, Portugal y ahora España están en ese proceso de concentración empresarial. Algo que, según se ha señalado desde la Comisaría de Energía en Bruselas, puede perjudicar la competencia y, al fin, los intereses de los usuarios.
En los últimos años, las grandes empresas europeas de la energía han ganado peso mediante compras en el continente. Las alemanas E.ON (compra de Powergen y TXU) y RWE (Innogy y Thames Water); la francesa EDF (London Electricity, EnBW, Edison); la italiana Enel (Viesgo) y la portuguesa EDP (compra de Hidrocantábrico-Naturcorp) han apostado por las compras para fortalecer sus posiciones.
Las empresas energéticas españolas, por el contrario, no han dado el paso en Europa. Endesa, Iberdrola y Unión Fenosa, las tres principales eléctricas, así como la petrolera Repsol YPF, hicieron en su momento las apuestas en América Latina. En Europa sólo Endesa ha dado tímidos pasos en Francia (compra de Snet) y en Italia (compra de Elettrogen).
En este contexto, en el que también tiene su peso el proceso de desregulación que trata de impulsar la Comisión Europea (aunque todavía los mercados de Portugal, Italia, Alemania y Francia son prácticamente cotos cerrados), la entrada de ACS en Unión Fenosa es toda una novedad. Como admitió el presidente de ACS, Florentino Pérez, en la presentación pública de la operación, el precedente más inmediato de la operación es la que ha llevado a cabo el grupo francés de servicios Suez con su oferta por el 100% de la belga Electrabel, donde ya participaba.
La carrera de las empresas -también las españolas- por ganar músculo para evitar ser devoradas tiene sentido, según fuentes de las eléctricas españolas. Un dato: sólo la próxima venta por parte del Estado francés del 15% de la eléctrica EDF supondrá para el gigante galo unos ingresos de unos 9.000 millones. Munición efectiva para posibles nuevas operaciones.
La previsión de inversiones indica la magnitud del negocio.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico estima que, sólo en Europa, las grandes compañías energéticas tendrán que hacer frente, en los próximos 25 años, a unas inversiones de 1,15 billones para atender con garantías la demanda de electricidad. Las necesidades de gas añadirán a esas previsiones varios centenares de miles de millones más.
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