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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Actitudes lamentables

Durante los 50 días de enfermedad y el posterior fallecimiento de mi madre, el hospital 12 de Octubre se ha convertido en mi segunda casa y he visto día tras día cómo personas de un determinado grupo se saltaban las normas más básicas de convivencia, acampaban en los jardines, se presentaban por docenas para visitar a algún enfermo, ocupando los pasillos y las habitaciones, introducían niños en el interior del hospital que luego se dedicaban a corretear, a jugar, en definitiva a molestar al resto de pacientes y usuarios con la mirada complaciente de sus mayores. Si alguien censuraba astas actitudes recibía como respuesta insultos, desafíos y amenazas.

Pero el colmo de estos constantes abusos lo hemos vivido mi familia y yo este fin de semana en el Tanatorio Sur. Nos encontrábamos en una sala próxima a la ocupada por un miembro de esta comunidad, según ellos marginados, y aquello parecía en vez de un duelo, una romería; una marea humana formada por hombres, mujeres y niños de todas las edades que fueron ocupando todo el espacio exterior de las demás salas. Nos vimos obligados a cerrar la puerta de la nuestra porque entraban críos corriendo y jugando, y hasta tuvimos que echar en dos ocasiones a mujeres que se habían metido en nuestro propio baño. La situación se fue haciendo insostenible y fuimos a pedir una explicación al personal de admisión.

Tanto vigilantes jurados como empleadas del centro nos comentaron que era vergonzosa y lamentable la situación pero que no podían decirles nada porque "ya sabéis como son". La única solución que nos dieron era la posibilidad de cambiarnos de sala, cosa que no nos quedó más remedio que aceptar.

Puesto que el acceso a la educación no está vetado a ningún grupo minoritario, y además estos miembros reciben ayudas por llevar a sus hijos a la escuela, hago un llamamiento a los responsables públicos y muy especialmente a las organizaciones que luchan por la defensa e integración de estas minorías para que les exijan también el cumplimiento de las mismas obligaciones que al resto, que ejerzan sus derechos en igualdad de condiciones, pero que no se amparen en dudosas tradiciones para salirse del sentido común, de las normas de convivencia y del respeto a los demás.

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