Schröder y Merkel luchan por los últimos votos para decidir el poder en Alemania
Cerca de 200.000 electores de Dresde están convocados mañana a unos comicios aplazados
El líder del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), el canciller federal Gerhard Schröder, de 61 años, y la de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Angela Merkel, de 51 años, que han iniciado conversaciones exploratorias para formar un Gobierno de gran coalición, lucharon ayer en sendos mítines por el voto pendiente de un distrito de Dresde, la capital del Estado federado de Sajonia, en el este del país. Los 219.397 electores del distrito Dresde 1 están convocados este domingo a una elección aplazada tras la muerte de una candidata de ultraderecha.
El resultado de Dresde 1 sólo puede aportar una corrección cosmética al casi empate entre la CDU/CSU y el SPD con tres escaños más de los democristianos. No obstante, la exigencia de ocupar el puesto de canciller por parte de Merkel y Schröder confiere al desenlace de este distrito un alto valor como baza psicológica en la partida de póquer por el poder entre los líderes de los dos grandes partidos.
Los electores de Dresde no parecen conceder a los comicios la misma importancia que le dan los políticos. En medio de un ambiente de frialdad, Merkel y Schröder celebraron su cita con los votantes casi al mismo tiempo, a primera hora de la tarde de ayer.
Merkel habló algo menos de media hora en una zona próxima al centro histórico de esta ciudad. La candidata democristiana apenas consiguió reunir unas mil personas. Ni siquiera había alborotadores para reventarle el mitin.
Conatos de boicoteo
Un puñado de jóvenes con camisetas negras con el texto "Bush, a La Haya" intentó un par de conatos de boicoteo, pero se callaron casi de inmediato. Merkel se mostró más relajada que durante la campaña electoral y centró buena parte de su discurso en referencias al este de Alemania que no aparecían en los mítines anteriores a las elecciones del 18 de septiembre.
La jefa de la CDU repitió su idea de dar preferencia al empleo. Se refirió de forma expresa a los cinco millones de parados, a los que hay que añadir 1,5 millones en los planes de reconversión laboral que no aparecen en las estadísticas del desempleo. También habló Merkel del programa de reforma fiscal de la CDU/CSU que prevé una exención fiscal de 8.000 euros por cada miembro de la familia, niños o adultos. Acusó Merkel a la coalición entre el SPD y Los Verdes de haber desaprovechado las oportunidades, y dijo que los electores la habían rechazado con su voto. Según la dirigente democristiana, el Estado "tiene que ser el jardinero que contribuye al desarrollo y no la valla que siempre lo obstaculiza".
Andreas Lämmel, el candidato de la CDU que trata de conseguir el escaño directo del distrito Dresde 1, da muestras de estar ya harto de estas dos semanas adicionales de campaña electoral. Su discurso después de Merkel no llegó a cinco minutos y pidió votar a la CDU "para mandar a Schröder a su casa de Hannover".
Batalla por la cancillería junto al río Elba
El Partido Socialdemócrata (SPD) de Sajonia escogió un descampado al lado del río Elba para el que puede haber sido el último mitin de su líder, Gerhard Schröder, como canciller federal de Alemania. Alguno de los barcos que surcaban el río hacían sonar su sirena al pasar al lado del mitin final de campaña del SPD por el disputado voto del distrito electoral Dresde 1. Unas 3.000 personas acudieron para escuchar al canciller que, en menos de media hora, desgranó con gritos y pasión sus argumentos en un discurso diferente al que repitió durante la campaña antes de las elecciones de hace dos semanas.
Se echaron de menos las referencias al "catedrático de Heidelberg", el profesor Paul Kirchhof que estaba previsto para el Ministerio de Hacienda si los democristianos hubiesen ganado con claridad las elecciones. Schröder, con miradas disimuladas al reloj durante las intervenciones de los oradores teloneros, se contuvo y estuvo moderado en las críticas a quienes pueden ser los futuros socios en un Gobierno de gran coalición. Sólo en una ocasión se refirió Schröder a su contrincante, Merkel, que a sólo cuatro kilómetros de distancia había concluido su mitin. El canciller afirmó que durante décadas no se hizo nada para solucionar el problema de la financiación de las jubilaciones y mencionó al canciller democristiano Helmut Kohl, en cuyo Gobierno participó Merkel.
Inició su discurso con una referencia a las inundaciones de hace tres años, que pusieron de manifiesto la necesidad de un Estado bien organizado y que no se puede dejar en manos privadas la resolución de las crisis. El canciller cosechó aplausos cuando tocó el tema de la política exterior y dijo que Alemania estará allí donde sus amigos sean atacados, pero dirá no a las decisiones de la superpotencia que considere equivocadas. De forma tajante repitió Schröder su fórmula de toda la campaña: "Las decisiones sobre la guerra o la paz se toman en Berlín y en ninguna otra parte".
Como sobre ascuas pasó Schröder sobre el tema de un posible futuro Gobierno de gran coalición con los democristianos. Sostuvo el canciller que el SPD defenderá en el futuro Gobierno tres principios: Una renovación sin dañar el equilibrio social y ecológico; educación para todos sin barreras sociales y el compromiso de Alemania por la solución pacífica de los conflictos.
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