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El juez Roberts, nuevo jefe del Supremo de EE UU

Yolanda Monge

El juez conservador John Glover Roberts Jr. se convirtió ayer en el decimoséptimo presidente del Tribunal Supremo de EE UU tras la confirmación del pleno del Senado. Ganó por 78 votos contra 22. Sin embargo, la votación muestra la polarización que existe sobre su nombramiento. Este tipo de votaciones rozaron en el pasado, con excepciones, la unanimidad. Roberts juró el cargo en la Casa Blanca horas más tarde.

Roberts, de 50 años, juez de un tribunal federal de apelaciones en Washington, será el magistrado más joven en ocupar el sillón de presidente del Supremo en los últimos dos siglos, después de que en 1801 fuera nombrado John Marshall por el presidente John Adams a la edad de 46 años. Roberts fue nombrado inicialmente para reemplazar a la juez Sandra Day O'Connor, que ha decidido retirarse. Pero con la muerte del presidente del Supremo William Rehnquist -que estuvo en el Tribunal más de 30 años- el 3 de septiembre, el presidente George W. Bush decidió situar a Roberts en el más alto puesto del Supremo. La jubilación de O'Connor quedó pospuesta.

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"Con la confirmación de John Roberts, el Supremo se embarca en una nueva era, la era Roberts", dijo el senador Bill Frist, líder de la mayoría republicana en la cámara. "Por muchos años, mucho más tarde de que algunos de nosotros hayamos dejado el servicio público, el Tribunal de Roberts seguirá deliberando sobre las más difíciles y fundamentales cuestiones en la ley de EE UU".

Los temas que marcarán el mandato de Roberts serán tan delicados como el aborto, la eutanasia, el matrimonio homosexual, cuestiones sobre religión, la financiación de campañas electorales y otros sobre los que Roberts no quiso pronunciarse directamente durante las más de 20 horas de escrutinio en el curso de sus audiencias de confirmación.

Los demócratas, incluidos los que apoyan a Roberts, consideran que, tal y como estaba la composición del Supremo hasta ahora, con cinco conservadores y cuatro moderados, las decisiones de la Corte pecaban de excesivamente conservadoras. No parecen querer dar su brazo a torcer y que la proporción pase a ser de seis a tres.

Algunas de las preguntas de los demócratas giraron en torno al derecho a la intimidad, uno de los pilares de la decisión del Supremo que, en 1973, legalizó el aborto. Hace dos años, cuando fue confirmado como juez en el Distrito de Columbia, Roberts dijo que la sentencia de 1973 "es una ley afianzada de este país". "Mi fe y mi religión no toman parte en mis decisiones como juez". John Roberts es católico.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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