Berlusconi apela a la conciencia de Fazio para que dimita

Silvio Berlusconi compareció ayer ante la Cámara de Diputados y el Senado para explicar la dimisión del ministro de Economía, Domenico Siniscalco, y la situación del gobernador del Banco de Italia, Antonio Fazio, que seguía aferrado a su puesto pese a todas las críticas. "Hice todo lo que podía hacer, he apelado a la conciencia del gobernador para que dimitiera", dijo Berlusconi, recordando que el Banco de Italia es una institución independiente.

El Gobierno de Berlusconi no se mostró unánime respecto al polémico gobernador que en los pasados meses hizo todo lo posible para impedir la compra de bancos italianos por parte de bancos extranjeros. El ministro de Asuntos Exteriores, Gianfranco Fini, aseguró que Fazio debía tener "la sensibilidad institucional necesaria para dimitir". El coordinador de Forza Italia, Sandro Bondi, proclamó que Fazio era "un hombre de rectitud moral indiscutible, arrojado al fango por unas escuchas telefónicas cobardes".

Las escuchas telefónicas fueron autorizadas por un juez y dieron pie a una acusación de los fiscales por abuso de cargo público. El ministro de Reformas, Roberto Calderoli, consideró a su vez que Fazio debía seguir en su puesto y que el caso estaba "cerrado".

Berlusconi pasó de puntillas sobre el espectáculo ofrecido en Washington por Fazio y su enemigo Giulio Tremonti, nuevo ministro de Economía (Tremonti expulsó a Fazio de la delegación italiana en la asamblea del Banco Mundial), y dedicó la mayor parte de su intervención, idéntica en las dos cámaras del Parlamento, a culpar a la oposición de impedir el crecimiento económico con su "catastrofismo" y su "difusión del pesimismo". Il Cavaliere aseguró que la economía italiana mostraba "prometedoras señales de desarrollo" (pese a las recientes advertencias en sentido contrario del FMI y de la UE) y recordó que los italianos tenían más móviles, más televisores y más coches que nadie en el continente. "Esto desmiente", dijo, "a los profetas de la desgracia".

Piero Fassino, secretario de los Demócratas de Izquierda, respondió que el Gobierno no estaba "a la altura de las circunstancias" y reclamó elecciones inmediatas.