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Zaplana afirma que ETA pone bombas para influir en la negociación del Estatuto

El Partido Popular, a través de su portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, ligó ayer los dos últimos ataques de ETA a la negociación del Estatuto de Cataluña. Según Zaplana, tanto el coche-bomba que la banda colocó el sábado en un polígono industrial de Ávila y la explosión, ayer, de un artefacto en una central hidroeléctrica en desuso en Añón de Moncayo (Zaragoza), como el comunicado etarra que, también ayer, publicó el diario Gara son la forma que tiene ETA de "mandar recados y avisos" al Gobierno "en la semana decisiva" del Estatuto catalán.

Zaplana mantuvo que ETA atenta porque esta semana se decidirá si sale adelante o no el nuevo Estatuto catalán y "quiere estar muy presente en ese debate". El portavoz popular censuró además al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por no haber condenado aún el cochebomba del sábado.

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Desde La Rioja, el líder del PP, Mariano Rajoy, dio por la tarde más relevancia al comunicado de ETA que a la bomba en el Moncayo. Interpretó que la banda dice en él que "ahora hay menos presión sobre ellos" y acusó de esta situación al Gobierno "por haber abandonado el Pacto Antiterrorista y darle una oportunidad a ETA" con sus invitaciones al diálogo.

Rajoy mantuvo que ETA "sólo quiere la autodeterminación y la independencia del País Vasco". Y reiteró que "el PP no va a colaborar en pagar ningún precio político a una organización terrorista".

Derrota del terrorismo

La polémica, en todo caso, la sembró Zaplana. Sus declaraciones ligando el atentado y el Estatuto fueron replicadas por el PSOE y por los partidos catalanes. Los portavoces socialistas quisieron destacar que a ETA sólo le queda "desistir y ser derrotada". El PSOE no quiere dar públicamente ningún signo que pueda interpretarse como de avance hacia la negociación. Al contrario. "Esto es una lucha del Estado contra el terrorismo para ver quién desiste y van a desistir ellos", remachó su portavoz, Alfredo Pérez Rubalcaba, que recordó que el Gobierno sigue en la línea de firmeza y cosechando resultados (más de 200 etarras puestos a disposición judicial).

El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, tachó la declaración de Zaplana de "superflua, innecesaria y carente de sentido". Duran acusó al portavoz popular de querer "llevar el agua a su molino de forma estrambótica". Los atentados, subrayó, sólo demuestran que ETA "todavía existe" y es capaz de hacerse notar.

El portavoz de ERC en el Congreso, Joan Puigcercós, quiso creer que Zaplana tuvo un lapsus y le invitó a rectificar si no tiene "una actitud enfermiza". Desde Iniciativa per Cataluña, Joan Herrera calificó de "capcioso" al popular.

Esta polémica surgió después de que ETA hiciera explosionar un artefacto de escasa potencia a las ocho de la mañana de ayer en una caseta de la central hidroeléctrica de La Morca, en Añón de Moncayo (Zaragoza), sin uso desde hace unos 10 años. A las 7.15 horas un comunicante en nombre de ETA llamó a la Asociación de Ayuda en Carretera (DYA) de Bilbao para avisar del atentado, y tres minutos después se recibió otra llamada en la DYA de San Sebastián, informa desde Zaragoza Concha Monserrat.

El ataque etarra, el segundo este año en Zaragoza tras el del 10 de junio en el aeropuerto de la ciudad, ocurrió horas antes de que Zapatero y el ministro de Defensa, José Bono, se reuniesen con la cúpula militar en esa capital.

A la hora anunciada, un pastor vio cómo salía humo de la zona en la que está ubicada la central hidroeléctrica, de un megavatio de capacidad, que pertenece al Ayuntamiento de Añón de Moncayo desde su construcción en los años cincuenta, aunque su gestión está cedida a la empresa Eléctricas Reunidas de Zaragoza, perteneciente a Endesa, según informa Vasco Press. Destinada a aprovechar las aguas del río Huecha, en los últimos tiempos ha estado casi en desuso por la escasez de caudal.

La bomba estaba compuesta con dos kilos de un explosivo aún no determinado introducido en una lata, dentro de una mochila. Sólo provocó un agujero en el suelo de medio metro cuadrado y el desprendimiento de algunas piedras. Fuentes policiales no descartan que los autores de este atentado sean del comando itinerante al que se atribuye el de Ávila.

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