"Es frío y no se equivoca"

El paddock de cualquier gran premio acostumbra a convertirse en una pasarela por la que tan pronto pasa el futbolista o la modelo de turno, una autoridad política o uno de los cazautógrafos que, por un día, han podido hacerse con uno de los buscadísimos pases VIP. Entre la marabunta y la farándula, a veces de manera inadvertida, se ve a muchos ex campeones, gente curtida, que sabe de qué va el oficio, gente que de manera unánime destaca las virtudes de Fernando Alonso.

Alain Prost, cuatro veces campeón del mundo, cuenta de Alonso: "Su manera de ser me recuerda algo a Senna. Tiene mucho orgullo, carisma y carácter, algo que necesita la F-1. Posee la verdadera calidad, tiene mucho empeño y siempre está motivado". Gerhard Berger, ex piloto de McLaren y de Ferrari y que acabó su carrera en Benetton Renault, argumenta por qué le parece mejor Alonso que Kimi Raikkonen: "Es frío y no se equivoca". Emerson Fittipaldi, campeón del mundo en 1972 y 1974, matiza: "Alonso sabe leer muy bien las carreras. No se pone nervioso y apenas comete errores. Me impresionó su sangre fría cuando controló a Schumacher y ganó en Imola pese a llevar un coche más lento".

El finlandés Mika Salo, que acabó su carrera a bordo de un Toyota, barre para casa: "En velocidad pura es mejor Raikkonen. Pero Alonso ha contado con una máquina más fiable, un equipo que sabe gestionar mejor la estrategia y tres victorias iniciales que le dieron una gran confianza en su propia capacidad".

Bernie Ecclestone, el patrón de la F-1, lleva tiempo dedicando encendidos elogios al español. "Alonso me recuerda a un piloto mío de hace años, Carlos Pace. Sabía atacar sin equivocarse". Y, ufano, agrega: "Yo ya dije que Alonso podría ser campeón cuando debutó. Tiene el perfil de una superestrella emergente como lo fue en su momento Michael Schumacher".

Günther Steiner, director técnico de la escudería Red Bull, observa: "Alonso es más estable y determinado que Raikkonen y va tremendamente fuerte". El escocés Jackie Stewart, campeón mundial en 1969, 1971 y 1973, se centra en el desparpajo del nuevo campeón: "Tiene el talento especial que caracteriza a pilotos como Schumacher. Pese a su juventud, no le importa desafiar a hombres mucho más expertos". Y el austriaco Niki Lauda, campeón en 1975, 1977 y 1984, sentencia: "Es el verdadero sucesor de Schumi".