"He conseguido lo máximo"

El ruido del descorche de botellas de champán y los gritos ilusionados de los distintos componentes del equipo llenaban por completo el box de Renault cuando Fernando Alonso se reunió con los suyos. Tras quedar tercero en la carrera y proclamarse campeón mundial, había tenido que realizar todo el protocolo exigido por la organización y no le había quedado casi tiempo para celebraciones. "Ahora mismo es imposible decir lo que pienso; estoy tremendamente feliz", había comentado, "por haber conseguido lo máximo que se puede obtener en mi deporte". Y, en su comparecencia en inglés, prosiguió: "Vengo de un país sin tradición en la fórmula 1, he luchado sólo básicamente; sin demasiada ayuda, muy poca, casi de nadie. Muchas gracias a tres o cuatro personas y no más".

"Ahora buscaré nuevas metas, pero no creo que corra tantos años como Schumacher"

Cuando antes de acudir a su box habló en español, el piloto asturiano añadió:

"Hoy [por ayer] es un día muy importante para mí, para mi familia, para mis amigos. He conseguido lo máximo. Gracias a toda la afición y a toda España". Hasta entonces apenas se había podido abrazar con su padre y con Flavio Briatore, el director de la escudería Renault, pero siempre había estado acompañado por su representante, Luis García Abad. En el podio había recibido la felicitación de Juan Pablo Montoya, el ganador de la carrera, y se tiraron champaña también con Kimi Raikkonen.

Los de McLaren estaban realmente contentos porque, tras la carrera, pasan a encabezar la clasificación de constructores. Lograron el primer doblete de las flechas plateadas después de cinco años -el último fue en Austria 2000 con Hakkinen y Coulthard- y se produjo el mismo día que Alonso se proclamaba el campeón mundial más joven de la historia.

Durante las múltiples entrevistas que tuvo que afrontar, Alonso recibió cientos de llamadas de felicitación. Sin embargo, toda la tensión acumulada se desató cuando Fernando Alonso entró en el box de Renault. Allí comenzó realmente la primera de las fiestas que tenían programadas por la noche en el hotel y al día siguiente con todo el equipo. Fernando fue vitoreado por los ingenieros, las azafatas, los mecánicos... Todo el mundo se abrazaba al nuevo campeón. Le subieron en hombros y le dedicaron la canción Fernando del desaparecido y legendario grupo sueco Abba.

"Hemos aguantado una presión brutal en las últimas carreras", precisó Flavio Briatore, el director de Renault, y la persona que apostó por Alonso desde el 2000. "Quiero felicitar a todo el equipo y también a los aficionados españoles". Alonso, mientras, fue desgranando declaraciones a uno y otro medio e insistiendo en la idea inicial: "Siento mucha alegría; no sé que decir. Hasta que no esté solo en el hotel durante una hora no me daré cuenta de lo que ha pasado. Voy de un sitio para otro y no me doy cuenta de que pasa", declaró a Tele 5. "Intentare coger una cámara de vídeo para recordar luego todo esto", señaló.

El piloto asturiano aseguró que durante la carrera no había podido sacarse de la cabeza que podía ser campeón, "pero el equipo me ha ido motivando, cantándome por ejemplo que Michael Schumacher iba muy rápido, y así las 71 vueltas me han pasado más deprisa".

Y remachó: "He luchado mucho tiempo solo, sin ayuda de ningún estamento, únicamente el apoyo de mis amigos y tres o cuatro personas: mi padre, mi madre, mi hermana y mi abuela". Poco después, serio, mostró su alegría Fernando Gracia, presidente de la Federación Española de Automovilismo. Alonso, mientras tanto, concluyó: "Ahora buscaré nuevas metas, pero no creo que esté tantos años compitiendo como Michael Schumacher. Hay que tener mucha suerte para ser como él y ganar los títulos [siete] que tiene".