Un fuego encendido por dos turistas perdidos arrasa 2.500 hectáreas en Sierra Nevada
Las llamas, que anoche seguían sin control, obligaron a desalojar a 35 personas
El fuego pegó ayer un buen bocado al Parque Nacional de Sierra Nevada (Granada). Una fogata que prendieron el jueves dos excursionistas perdidos en las cercanías de Lanjarón originó supuestamente el incendio que arrasó 2.500 hectáreas de pino, castañares, pastos y piornales, de la que unas 1.000 pertenecen a la zona protegida, según la Consejería andaluza de Medio Ambiente. Las llamas, anoche aún descontroladas, obligaron a evacuar a 35 personas y afectaron a cinco municipios, pero no a las especies más valiosas del parque, según sus gestores. Con todo, tardará en recuperarse más de 15 años. Los turistas fueron puestos en libertad sin fianza tras declarar en el juzgado, con la obligación de presentarse allí cada tres días.
Hacia las 20.00 del jueves dos excursionistas extranjeros se perdieron e hicieron lumbre para combatir el frío e indicar su posición a los rescatadores. Pero la fogata se les fue de las manos y las llamas se extendieron hacia el noroeste desde el paraje de El Tello (al norte del término municipal de Lanjarón, el más occidental de la comarca de la Alpujarra) hasta el barranco de Nigüelas. A su paso dejaron asolada una superficie de 2.500 hectáreas, según la última medición que hicieron los técnicos de la consejería andaluza de Medio Ambiente hacia las 21.00 de ayer.
Los turistas, un británico de 59 años y una francesa de 52, fueron detenidos en la noche del jueves y ayer pasaron a disposición del juzgado de Instrucción número dos de Órgiva (Granada). El juez los puso en libertad una vez que confesaron los hechos, les retiró el pasaporte y les obligó a presentarse en el juzgado cada tres días para evitar que abandonen el país.
El fuego arrasó una amplia superficie de bosques y se adentró en el Parque Nacional de Sierra Nevada, donde acabó con unas 1.000 hectáreas según la consejería de Medio Ambiente. La situación estuvo casi controlada hacia las 13.00. 200 personas divididas en retenes, 14 helicópteros y 11 hidroaviones habían conseguido sofocar el frente este, situado al norte de Lanjarón y se concentraban en apagar las llamas al noroeste del macizo, en el barranco de Nigüelas. Ese lugar es de difícil acceso por tierra debido a las fuertes pendientes, lo que obligó a intensificar la extinción aérea.
Pero a las 14.00 comenzó a soplar un viento racheado del sur que reavivó el frente oriental, extendió su amplitud hasta los 13 kilómetros y lo empujó hasta más allá del cauce del río Lanjarón. Las llamas comenzaron a extenderse hacia el este y se adentraron en los términos de Soportújar y Cáñar, ya en pleno corazón de la Alpujarra, en la cara sur de Sierra Nevada. La Guardia Civil evacuó a unas 15 personas de cortijos situados en las cercanías de ese pueblo, como medida de precaución. El monasterio budista de Bubión, donde se encontraban 20 personas, también tuvo que ser desalojado.
La gravedad del incendio obligó al Ministerio de Medio Ambiente a incrementar sus medios hacia las 18.00 horas, a petición de la Junta de Andalucía. A los 12 aviones y helicópteros enviados por la mañana, se sumaron cuatro aviones anfibios de 5.500 litros de capacidad procedentes de Talavera de la Reina (Toledo) y Torrejón de Ardoz (Madrid). Medio Ambiente envió también dos Brigadas de Refuerzo e Intervención en Incendios Forestales (BRIF) desde Pinofranqueado (Cáceres) y Daroca (Zaragoza) con 34 especialistas en extinción. A las 20.00 horas trabajaban en la zona 375 personas, 20 helicópteros, 18 aviones y 15 camiones autobomba del Estado y la comunidad autónoma.
A las nueve de la noche el incendio aún no estaba controlado. El frente este, que afectaba a los municipios de Lanjarón y Soportújar, se había reducido a unos 800 metros, según la consejería de Medio Ambiente, aunque todavía se mantenía activo. Los técnicos del Infoca (el organismo de extinción de incendios de la Junta) se mostraban "razonablemente optimistas" sobre la evolución de la situación, aunque la llegada de la noche obligó a retirar los hidroaviones y helicópteros. "En la zona de Nigüelas [al noroeste] sólo quedan algunos rescoldos y en la de Lanjarón, trabajan unas 180 personas recién llegadas, así que no esperamos que el incendio se extienda mucho más", explicó el delegado de Medio Ambiente de la Junta, Gerardo Sánchez.
El presidente del Consejo Rector del Parque Nacional de Sierra Nevada, Pascual Rivas, afirmó que la superficie quemada no tiene gran valor ecológico, pero aseguró que el paisaje no se recompondrá hasta pasados unos 15 años. El fuego, según Rivas, afectó sobre todo al pinar de repoblación, castaños, algunos pastos secos y a parte del piornal de la zona. "El pasto se recupera en poco tiempo y los pinos de repoblación fueron plantados hace 50 años, lo que los convierte en altamente combustibles", dijo el responsable del Parque, que consideró el piornal la pérdida de más valor porque tarda más tiempo en recuperarse y podría alterar el ciclo reproductivo de las cabras montesas. Esa especie, según Rivas, podría aumentar su población debido a la desaparición de los piornos y el crecimiento en su lugar de los pastos que les sirven de alimento. "Dentro de lo malo, lo que ha pasado es lo mejor, porque la zona afectada es húmeda y el pino se puede volver a plantar", añadió Rivas.
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