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Coti y Melendi se dan un baño de multitudes en la plaza de Catalunya

Ambos artistas imponen sus dispares estilos en el concierto de la Cadena 40

El argentino Coti y el asturiano Melendi fueron en el centro de la ciudad las primeras estrellas de la Mercè 2005. Convocados por la Cadena 40 y ante un gentió que se apretujaba en la plaza de Catalunya, las melodías pop-rokeras de Coti y el desaliño de Melendi se impusieron en el primer cartel de las fiestas. La combinación de sus estilos y actitudes, llamativamente dispares, no impidieron que el público disfrutase del cartel. Antes, a las 19,15 horas, los barceloneses Bzr fueron los encargados de abrir el primer concierto de las fiestas patronales.

Como queriendo reforzar el carácter mestizo y plural de una Mercè que lo pregona desde su mismo cartel, Bzr fundamentó su concierto en un imaginativo cruce entre flamenco, sonidos aborígenes australianos e indios. Dicho de otra manera, mientras flamenqueaba la base del numeroso grupo barcelonés, un didgeridoo y una tabla india invitaban al espectador a viajar sin moverse de la plaza de Catalunya.

Y hablando de moverse, quienes, según comentaban los técnicos de escenario, no se habían movido en todo el día eran una pareja que, con aspecto deplorable, atraía las miradas de todos los agentes de seguridad presentes en la plaza. A ellos, descalzos, sucios y con más pendientes que una bisutería, les daba igual la música de Bzr o las pruebas de sonido de Coti, el artista que abriría la noche musical horas más tarde en el escenario principal dentro del concierto de Cadena 40. Quienes sí tenían claro que estaban allí por Melendi eran unas jovencitas que pregonaban su origen asturiano con vistosas camisetas azules. No, no habían venido desde el principado para ver a su paisano, pero aprovechando su estancia en la ciudad no quisieron perderse el concierto de Melendi, compañero de clase de otro asturiano, éste menos destartalado en su aspecto físico: Fernando Alonso.

Jovencitas y papás

La cuestión es que tres horas y media antes de que la música comenzase en el escenario principal ya había en la plaza cerca de un centenar de espectadores, incluida la extraña pareja, que a esa hora ya descansaba en sus agujereados sacos de dormir. Junto a ellos había jovencitas que no querían perderse el primer plano de la belleza de Coti y papás despistados que casi confundían la prueba de sonido con el concierto mismo. Por fortuna, el escenario pequeño sí ofrecía música y atraía cada vez a más público. Mientras Bzr continuaba su actuación, las casetas contiguas que daban cabida al asociacionismo iban siendo ocupadas por los miembros de los colectivos que allí permanecerán hasta el domingo. Nada más chocante que dar un paseo visual por aquel parque de casetas y ver como el asociacionismo junta al Movimiento Cristiano de Maestros y Profesores con la Asociación Nacional de Amigos del Conejo. Sorpresas que da la vida y de las que Joan Miquel Oliver extrae lecciones que convierte en canción. Él fue precisamente el encargado de abrir la programación en el nuevo escenario del Barcelona Acció Musical (BAM), situado en la plaza de Joan Corominas o, dicho de otra forma, en lo que suele ser el Sonar Village. Unas sillas acogieron a los espectadores que se dieron cita con el singular artista mallorquín, al que luego seguirían en ese mismo escenario el francés Sebastién Schuller y los alemanes Donna Regina. Más tarde la fiesta continuaría en el Fórum.

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