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Hallado muerto y calcinado el ciclista desaparecido el jueves en Tres Cantos

La víctima fue localizada desnuda por una vecina de El Molar junto a una huertaLa vicepresidenta dio ánimos a la esposa de Quintana ignorando que éste ya estaba muerto

F. Javier Barroso

Los peores presagios sobre el destino de Francisco Quintana Calvo, un ciclista de 38 años vecino de la localidad de Tres Cantos desaparecido desde el pasado jueves, se cumplieron ayer al mediodía. Los investigadores del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil confirmaron que un cadáver calcinado hallado el pasado domingo en El Molar correspondía al deportista tricantino. Las pesquisas se centran ahora en determinar quién y cuándo acabó con la vida de Quintana. La hipótesis inicial es que éste fue arrollado en las inmediaciones del Soto de Viñuelas, en Tres Cantos, y que el autor del atropello se deshizo posteriormente del cadáver y de la bicicleta.

Quintana salió de su casa, en el número 25 del Sector Embarcaciones, sobre las seis de la tarde del jueves. Iba en su bicicleta de montaña y, como había hecho alguna vez, tenía previsto dar una vuelta por los alrededores de la población, en especial por la zona de Soto de Viñuelas. Vestía una camiseta roja y un pantalón corto negro. La alarma cundió pasadas las ocho de la tarde, ya que Quintana no acostumbraba a demorarse mucho en sus salidas. La familia, en especial su esposa, Myriam, avisó a los servicios de emergencia, a la Guardia Civil y a la Policía Local.

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Los trabajos de búsqueda comenzaron desde ese momento, aunque se intensificaron a partir del día siguiente, el viernes, y, sobre todo, el fin de semana, donde llegaron a participar en los rastreos hasta 150 guardias civiles, bomberos, policías locales, miembros de Protección Civil y voluntarios. Los trabajos resultaron infructuosos, pese a contar con todos los medios necesarios, lo que incluía hasta cuatro helicópteros.

El cadáver de Quintana estaba a unos 15 kilómetros de donde se centró el rastreo, en el paraje Rascambres, en El Molar.La víctima fue localizada por una vecina de El Molar, que había salido a dar una vuelta la tarde noche del domingo, según informó ayer El Mundo. Quintana, que estaba completamente desnudo, se hallaba en una zona de huertas junto a un camino vecinal poco transitado. Tenía calcinado el tórax, los genitales, la cara y parte de los brazos, según fuentes de la investigación. Estaba indocumentado. También presentaba hematomas en los glúteos y la parte baja de la espalda, lo que induce a pensar a los investigadores que el fallecido pudo ser víctima de un atropello.

Quintana, ya muerto, fue calcinado en el mismo lugar en que fue hallado. Los forenses no han determinado aún ni la causa de la muerte ni el momento en que ésta se produjo, según fuentes del instituto armado.

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Instituto de Toxicología

El cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, donde le fue practicada la autopsia el pasado lunes por la mañana. Muestras de sus tejidos han sido enviadas al Instituto Nacional de Toxicología para determinar la hora y la causa de la muerte.

Pese a que la Guardia Civil montó un amplísimo dispositivo de búsqueda para intentar localizar al ciclista, no informó a la familia en ningún momento del hallazgo de un cadáver, a pesar de los indicios de que éste correspondía al ciclista desaparecido.

La escasa distancia que hay entre el lugar del hallazgo y la zona donde había desaparecido Quintana no fue suficiente para hacer pensar a los investigadores que pudiera tratarse de la misma persona. Tampoco les sirvió que todas las características físicas del cadáver (complexión atlética y pelo muy corto) coincidieran de pleno con Quintana. Y, además, tardaron casi tres días en cotejar la huella dactilar del cadáver con la reseña del dedo índice de la mano derecha de Quintana existente en los archivos policiales del DNI.

Los familiares se enteraron la noche del pasado martes de que el cadáver hallado 48 horas antes en El Molar podría pertenecer a Quintana. Recibieron una llamada de la Guardia Civil ya muy tarde. Los investigadores no les dijeron a ciencia cierta que se trataba de su allegado y les explicaron que los análisis permitirían determinar su identidad al día siguiente (por ayer).

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, permaneció ajena a esta fase de las investigaciones y telefoneó la tarde del martes a la familia Quintana para interesarle por la búsqueda, "darles ánimos" y expresarle su apoyo.

La Guardia Civil, pese al descubrimiento del cadáver, mantuvo la búsqueda de Quintana hasta la tarde del martes "No hemos encontrado ningún rastro que arroje luz. Estamos dando palos de ciego", dijeron fuentes del instituto armado. A las ocho de la tarde del martes, los agentes hallaron un casco protector de ciclista junto a la depuradora del Soto de Viñuelas. Ese casco, algo deteriorado, pertenece supuestamente al fallecido.

El fallecimiento de Quintana se confirmó a primera hora de la tarde de ayer, cuando el Departamento de Identificación de la Guardia Civil lo confirmó mediante el análisis de la huella necrodactilar del dedo índice de la víctima.

Los agentes de Homicidios interrogaron ayer tarde a los compañeros de Quintana, que trabajaba en la empresa de informática Oracle Ibérica, ubicada en Las Rozas. La familia, que dijo confíar en la Guardia Civil, se limitó a agradecer "el apoyo y la ayuda recibidos en estos días por parte de mucha gente", según la portavoz de la familia, María de los Ángeles Mañá.

Los agentes de Homicidios barajan como hipótesis más probable que el ciclista fuera arrollado por un conductor y que éste intentara deshacerse del cadáver alejándolo de Tres Cantos y llevándolo hasta El Molar, donde lo desnudó y lo quemó. Pero resulta inexplicable que un ciudadano normal realice una operación tan aviesa, por lo que fuentes policiales barajan que el causante de la muerte del ciclista pueda ser un delincuente o alguien con enormes dosis de sangre fría.

Los guardias civiles rechazan, en principio, el robo, ya que la víctima no llevaba nada de valor. También descartan el ajuste de cuentas, ya que a Quintana no se le conocían enemigos.

El pasado 1 de agosto, unos ciclistas hallaron ardiendo, en un camino próximo al tanatorio de La Paz, en Alcobendas, el cadáver desnudo de un hombre. Estaba junto al monte de Valdelatas, en Tres Cantos. La víctima no ha sido identificada ni su asesinato aclarado. ¿Está relacionado este caso con el de Quintana? Sin respuesta.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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