El titular de Economía alerta contra un peso excesivo de los servicios

Gerardo Camps, consejero de Economía, defendió ayer en Valencia una estructura productiva equilibrada y alertó sobre el riesgo que supone apostar por los servicios en detrimento del sector industrial. Si la industria adelgaza, "seríamos mucho más vulnerables en ciclos económicos recesivos", sentenció. Respecto a los problemas que se atribuyen al sector industrial, Camps negó la crisis y afirmó: "Tenemos grandes industriales, pero faltan grandes empresarios".

El responsable de Economía del Consell derrochó buen humor en un desayuno que compartió en Valencia con decenas de empresarios y ejecutivos, organizado por el Club de Alta Gestión. Pero evitó el arrollador optimismo que ha caracterizado el discurso oficial en torno a cuestiones económicas desde hace años.

Es verdad que arrancó a lo grande. "Hablar de crisis es falso, simplemente no hay crisis". Camps afirmó que la falta de competitividad es un problema que afecta "a determinadas empresas en determinados sectores", sugirió que se producirán "ajustes con carácter coyuntural, que irán a más", y concluyó: "Nadie puede impedir que haya países emergentes y las políticas autárquicas sólo prolongan el problema sin resolverlo".

¿Qué hacer? "Apostar por los sectores emergentes de nuestra industria", respondió Camps. El consejero evitó la California feliz donde todos los jubilados europeos se iban a instalar a jugar al golf en casitas de lujo y tomar refrescos servidos por simpáticos camareros locales. Más aún: "La excesiva terciarización de la economía es un error", afirmó, "seríamos más vulnerables en ciclos recesivos" si adelgaza la industria en favor del sector servicios.

Camps, en el coloquio posterior a su intervención, concedió que "el futuro no es manufacturero"; apuntó que el resultado de la especialización industrial es que "tenemos grandes industriales, pero faltan grandes empresarios" capaces de comercializar su producto; y que la clave de la competitividad reside en "el capital humano, en la cualificación". "Estoy empeñado en ello", declaró el también responsable de Empleo, "el aprendizaje es para toda la vida y hay que formarse continuamente".

Asumió que es inevitable la multilocalización -"el término deslocalización no me gusta"- como estrategia competitiva, pero rechazó cualquier apoyo público a las inversiones en el extranjero y reclamó "que se mantengan aquí los equipos directivos, el diseño, el acabado del producto y -también soy consejero de Hacienda- la sede social". "El riesgo de la multilocalización es el excedente de mano de obra", siguió, "y paliar ese problema exige ayudas públicas". Unas ayudas que irían encaminadas a la formación y el aprendizaje para recolocar a los trabajadores porque "no creo en las prejubilaciones", dijo Camps, "a los cincuenta años un trabajador puede dar de sí mucho más que nunca".

En la vertiente optimista, el consejero de Economía citó el caso de un empresario textil que destacaba "su capacidad para reponer metros de tela en Milán en 24 horas" mientras que cualquier competidor asiático requiere semanas para servir el mismo encargo.

El grueso de la intervención del consejero estuvo destinada a subrayar "la estabilidad y confianza" que aporta la capacidad de negociación y acuerdo que, dijo, ha demostrado el Consell. Camps citó el respaldo del Congreso al proyecto de reforma del Estatut, el martes, y la firma, hoy, del acuerdo de revisión del Plan Valenciano por el Crecimiento y el Empleo (Pavace) en un acto que reunirá en el Palau a patronal y sindicatos. No mencionó el debate del agua.

El futuro, según Camps, reside en la formación continua; pasa por aprovechar la ubicación geográfica de la Comunidad Valenciana para afianzar el territorio como una base logística de primer orden; y exige una "oferta turística diversificada" que incluya marinas y campos de golf pero, sobre todo, "calidad".