_
_
_
_

La apertura de Santa Caterina anima el comercio del Casc Antic

El mercado recibe 220.000 visitantes al mes y aspira a ser el eje de una nueva ruta

Blanca Cia

Poco a poco la apertura del mercado de Santa Caterina, el pasado mes de mayo, se está empezando a notar en el comercio del entorno, una trama comercial que se ha resentido del cierre de siete años del mercado y su traslado a la carpa provisional de la avenida de Lluís Companys. Ésa es la apreciación que hacen los comerciantes de la zona, incluidos los del mercado, que recibe 220.000 visitantes al mes.

"Hoy no es día de hablar de los malos momentos que hemos pasado. El mercado ya está abierto, funciona y ya se empieza a notar a su alrededor", decía ayer Gloria Esforzado, presidenta de la junta del mercado. La recuperación de esa trama comercial no ha sido fácil, ni siquiera después de la apertura del mercado, ya que las calles del entorno seguían levantadas para ser urbanizadas. De hecho, las máquinas que pavimentan las calles estuvieron trabajando el martes por la noche en la calle de Álvarez de Castro para que estuviera lista ayer -aunque de forma provisional, ya que los trabajos no han concluido-, día en que la comitiva municipal, encabezada por el alcalde, Joan Clos, visitó el mercado.

Las calles que se han urbanizado en los últimos meses han sido las de Giralt el Pellisser y Freixures, y la plaza de Santa Caterina. Todavía falta por terminar la calle de Colomines, cuyos vecinos se quejan -con pancartas colgadas en los balcones- por el retraso del fin de los trabajos. Se trata de la parte más cercana a los restos del convento que se conservan, "que tendrá un tratamiento especial porque se utilizarán piedras que se extrajeron de las excavaciones del entorno", explicaba la arquitecta Benedetta Tagliabue, que realizó, junto con Enric Miralles, el proyecto del mercado y la apertura de Francesc Cambó, todavía pendiente de concluir, al igual que la continuación de los jardines de Allada Vermell, un espacio -desde la calle de Carders hasta Sant Pere més Baix- que tampoco tiene un proyecto definido.

Las máquinas han derribado ya los edificios de la calle de los Metges y sólo se mantienen en pie las fachadas de dos inmuebles con frente a Sant Pere més Baix. En ese punto se levantará un edificio dedicado a equipamientos, "aunque hay que definir cuáles", señaló el concejal del distrito, Carles Martí.

Pese a que buena parte del Casc Antic está todavía en obras, los comerciantes de la zona son más optimistas que hace un año. "Queremos crear un eje comercial único que arranque en el Palau de la Música, tenga el mercado de Santa Caterina como eje central y llegue hasta el Born", explicaba Beatriu Carbonell, presidenta de la asociación Santa Caterina, que agrupa a vecinos del barrio y comerciantes. Una ruta que, en la práctica, no podrá ser tal hasta que concluya la urbanización de algunas calles y plazas, en especial la prolongación de Francesc Cambó. "Hemos solicitado que esa nueva calle o avenida se llame Porta Enric Miralles, en memoria del arquitecto que proyectó el mercado y la nueva urbanización del entorno", añadió la presidenta de la asociación. En el barrio se confía en que la apertura de 12 tiendas en los locales de los edificios de la avenida prolongada ayude a dinamizar la zona.

La confianza en que el Casc Antic se convierta en otra ruta de Ciutat Vella y que aligere la sobrecargada del Gòtic, la catedral y La Rambla quedó ayer en evidencia en los parlamentos de los políticos municipales. "Este año, Santa Caterina se incorpora a los actos de la Mercè y lo hacemos con el objetivo de que se sume al escenario festivo y como una forma de esponjar el centro de Ciutat Vella", señaló el alcalde de Barcelona, Joan Clos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_