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La red de trasplantes sólo aprovecha un páncreas por cada 20 donantes

Javier Sampedro

España dispone de 1.500 donantes de órganos al año, pero sólo aprovecha el páncreas de 74 de ellos para trasplantarlo a los diabéticos más graves. Cerca de 4.000 de estos enfermos precisan diálisis, y muchos esperan un trasplante que alargaría su vida 13 años de media. Los expertos han elaborado con la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) un protocolo que pretende llegar a aprovechar 150-200 páncreas anuales para trasplantes del órgano entero, y otros 200 para implantes de islotes.

La diabetes afecta al 5%-6% de la población española, es la principal causa de muerte por infarto, ceguera e insuficiencia renal y da cuenta del 7% del gasto sanitario.

"Pese a que ocupamos el primer lugar del mundo en donaciones por habitante, no estamos aprovechando todas las posibilidades de trasplante de páncreas", reconoció ayer el director de la ONT, Rafael Matesanz. La tasa española (un trasplante por cada 20 donantes) es mucho menor que la media europea (uno de 10) y la estadounidense (uno de 5).

Los pacientes prioritarios para recibir un trasplante de páncreas son los diabéticos que han desarrollado una insuficiencia renal y necesitan diálisis (unos 4.000 en España). Por esta razón, el páncreas se trasplanta casi siempre en combinación con un riñón. "El paciente puede abandonar a la vez la diálisis y las inyecciones de insulina", explicó Laureano Fernández Cruz, del Clínico de Barcelona, que trasplantó el primer páncreas en España en 1983.

La supervivencia ya alcanza el 90% un año después del trasplante, y el 70%-80% a los 5 años. No hay razón, por tanto, para seguir infrautilizando una técnica que "le gana a la muerte una media de 13 años, y con una mejora extraordinaria de la calidad de vida", según Matesanz.

El Documento de consenso establece que "siempre que exista la posibilidad de realizar un trasplante de páncreas-riñón, se le deberá dar prioridad frente al trasplante de páncreas aislado". En la práctica, y puesto que hay 4.000 diabéticos que precisan diálisis, la cláusula implica que los trasplantes de páncreas seguirán reservados a esos casos muy graves. Pero hay una alternativa que sí podrá usarse en algunos casos menos graves: el implante (o infusión) de islotes, los tejidos pancreáticos que producen insulina.

El nefrólogo Miguel González Molina, del Carlos Haya de Málaga, que introdujo hace tres años esta técnica experimental en España, reconoce sus múltiples inconvenientes respecto al trasplante de páncreas entero: es menos eficaz para controlar la glucosa, obliga a menudo a seguir usando insulina y requiere entre dos y cuatro páncreas por cada paciente tratado.

Pero también hay razones a favor de esta técnica: no requiere anestesia general (los islotes se inyectan en la vena porta), evita los peligrosos bajones de azúcar que la insulina provoca en algunos pacientes y permite utilizar órganos que no servirían para el trasplante convencional.

Aunque hay nueve hospitales ensayando la preparación de los islotes, de momento sólo han sido tratados dos pacientes, ambos en el Carlos Haya. "Hay un amplio margen para la mejora", asegura Matesanz, cuyo objetivo es aprovechar otros 200 páncreas anuales para este fin, lo que serviría para tratar a unos 50 diabéticos.

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