Canciones para las víctimas del Katrina
La minoría francófona de Luisiana se vuelca con los desplazados por el huracán
La música vuelve a sonar en el sur de Luisiana. Tres semanas después de que el huracán Katrina dejara tras de sí un rastro de muerte y destrucción, más de 20.000 personas asistieron el pasado fin de semana en Lafayette al Festival Acadiano, con el que la minoría franco hablante del Estado celebra anualmente su herencia musical, lingüística y culinaria. Aunque la zona habitada por los acadianos -o cajun, como son conocidos popularmente- no sufrió grandes daños por la tormenta, ha sido una de las que ha acogido más víctimas del Katrina en casas particulares, refugios y hoteles.
"Han sido tres semanas muy duras, pero es hora de mirar hacia delante", señala Barry Ancelet, uno de los organizadores del festival. "Es muy difícil imaginar Luisiana sin Nueva Orleans. Somos sus vecinos y creo que hemos cumplido con nuestro deber acogiéndolos", añade mientras se toma un respiro detrás del escenario principal, en el que actuaron 15 grupos.
Entre el millón largo de desplazados por el Katrina hay multitud de músicos de Nueva Orleans que se han esparcido por distintas ciudades del país. Muchos han elegido Lafayette por su proximidad -unos 250 kilómetros- y por su larga tradición musical. "Mi casa de Nueva Orleans se puede reconstruir, pero no tengo manera de ganarme la vida allí", dice el acordeonista Bruce Negroponte. "Llevo 25 años tocando en un baile semanal para gente local, no para los turistas, y no sé si el público va a volver o no". Tras evacuar Nueva Orleans ante la llegada del Katrina, Negroponte se fue primero a vivir con sus suegros en Misisipi, pero hace unos días decidió instalarse en casa de unos amigos de Lafayette. "Esta ciudad nos ha recibido con los brazos abiertos".
Para ayudar a músicos como Negroponte, el Consejo de las Artes de Acadia y un grupo de voluntarios ha puesto en marcha Project Heal, una especie de agencia de contratación que da trabajo a los artistas de Nueva Orleans en las zonas donde están refugiados. Su responsable, Matthew Goldman, también desplazado por el Katrina, explica que ya han recibido donaciones procedentes de todos los rincones del país. "En lugar de montar una organización caritativa pensamos que lo mejor era que los músicos tocaran en refugios, clubes o escuelas. Les sirve como terapia y además se ganan la vida", dice. Project Heal ha ayudado hasta ahora a 15 músicos de todos los estilos y esta semana espera aumentar la cifra hasta los 50.
Parte del dinero recaudado durante el Festival Acadian irá destinado a ayudar a las víctimas del huracán. El evento ha conmemorado el 250º aniversario de la expulsión de los colonos franceses de Nueva Escocia (Canadá) por la corona británica y su exilio en el suroeste de Luisiana.
En uno de los tenderetes del festival, entre puestos de comida típica, cerveza y camisetas, el abogado e historiador aficionado Warren A. Perrin vende su libro La redención acadiana, en el que relata la epopeya cajun y ensalza la figura de su histórico líder, Joseph Broussard, conocido como Beusoleil. Tras su expulsión de Canadá, explica Perrin, los acadianos llegaron a Nueva Orleans a finales del siglo XVIII, durante el dominio español de Luisiana, y fue España la que les cedió el territorio que hoy habitan sus descendientes a cambio de que criaran ganado para abastecer de carne a la ciudad. Perrin afirma que al acoger a los desplazados del Katrina, los acadianos han devuelto ese favor a los habitantes de Nueva Orleans. "Nos han dado la oportunidad de recibirles con los brazos abiertos, como ellos hicieron hace 250 años".
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