Zapatero promete que sólo habrá reforma laboral con consenso

El Gobierno está esperando que sindicatos y empresarios se pongan de acuerdo para poder impulsar una reforma del mercado laboral con la intención de reducir la precariedad. Ese acuerdo está aún lejos, según reconoció ayer el secretario general de UGT, Cándido Méndez, tras reunirse con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en un encuentro de las ejecutivas del partido y el sindicato.

Tanto los sindicatos como el Gobierno comienzan a hablar de la necesidad de hacer las cosas despacio y alargar los plazos previstos, porque no se plantea la posibilidad de que el Ejecutivo impulse una reforma laboral sin acuerdo entre la patronal y los sindicatos. Zapatero se comprometió expresamente a no hacerlo: "Las reformas serán fruto del acuerdo. No está en los planes del Gobierno hacer ninguna reforma sin acuerdo", aseguró durante una rueda de prensa conjunta con Méndez.

El líder de UGT reconoció que la tarea de encontrar un punto de acuerdo con los empresarios sobre la reforma laboral "está llena de dificultades". Y aunque admitió que hay una "gran expectación" entre los jóvenes españoles sobre esta reforma, también pidió "no hacer del factor tiempo un caballo de batalla". Según explicó, sindicatos y patronal han llegado ya a la fase de la negociación "de trazo fino", donde es mucho más difícil encontrar un punto de acuerdo que marque el equilibrio entre las dos posiciones. Además, aseguró que la reforma de 1997 "ha achicado los espacios" en los que se pueden mover los negociadores. Zapatero se limitó a "animar" a que ese diálogo social fructifique para poder reducir la temporalidad.

Gobierno, patronal y sindicatos retomaron el pasado 5 de septiembre la negociación para reformar el mercado de trabajo. De momento, los interlocutores mantienen encuentros discretos para intentar acercar posiciones. Inicialmente, el Ejecutivo pretendía culminar este proceso el pasado mes de julio, aunque las divergencias entre las partes lo están retrasando. La reforma laboral persigue esencialmente reducir la elevada temporalidad del mercado de trabajo, que afecta a uno de cada tres empleados.