Montilla acusa a CiU de buscar el "ridículo" de Cataluña con un Estatuto inconstitucional

El primer secretario de los socialistas catalanes y ministro de Industria, José Montilla, lanzó ayer un llamamiento a Convergència i Unió para que aproveche los últimos días de las negociaciones estatutarias y aparque sus reivindicaciones "inconstitucionales". En opinión de Montilla, los nacionalistas quieren llevar a Cataluña al "ridículo" forzando la aprobación de un Estatuto fuera de la Constitución. Por su parte, el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, recordó a los nacionalistas que el mismo Jordi Pujol defendió en 1979 la aprobación de un Estatuto basado en la Constitución.

Ante unos 3.000 militantes y simpatizantes del PSC que ayer celebraban la Fiesta de la Rosa en Gavà (Barcelona), tanto Maragall como Montilla se esforzaron en dejar claro de que habrá un nuevo Estatuto. Lo recordaron con la misma insistencia que a la hora de afirmar que si no hay reforma la culpa será de Convergència i Unió, "que pide cosas técnicamente imposibles".

Montilla, intranquilo ante los cantos de sirena de CiU hacia ERC para que la apoye en sus reivindicaciones consideradas inconstitucionales por los socialistas, acusó a los nacionalistas de Artur Mas de querer llevar Cataluña "al ridículo". "Si no tienen sentido de la responsabilidad, que tengan sentido del ridículo porque querer incluir propuestas inconstitucionales en el Estatuto es querer que Cataluña haga el ridículo", afirmó. "Pero los socialistas no lo permitiremos".

Estatuto ambicioso

En el PSC y en el Gobierno catalán existe el convencimiento de que en CiU son mayoría quienes quieren llevar adelante un Estatuto ambicioso pero constitucional y consideran que si no lo defiende así su líder, Artur Mas, es por las presiones que ejerce sobre él un reducido núcleo de la federación que ve en un fracaso estatutario la vía más rápida hacia las elecciones anticipadas.

Por este motivo, Maragall instó ayer a la dirección de CiU a que rescate del olvido el posicionamiento que tomó el ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, durante las negociaciones para la redacción del Estatuto vigente, en 1979. Maragall leyó unas declaraciones que atribuyó directamente a Jordi Pujol en las que el ex presidente decía: "Debemos hacer constar que estamos haciendo un Estatuto tomando como norma la Constitución. No se trata de poner en dificultades al Gobierno, no se trata de poner dificultades al Congreso en Madrid, no se trata de poner en dificultades a los grandes partidos españoles, ni obligarles a decir que no a nuestras fabulaciones para después poder aquí capitalizar esta negativa". Maragall dio toda la razón a Pujol en su afirmación. Por ello, recordó, en clara referencia a CiU, que aquellos que actualmente proponen "cosas que van más allá de la Constitución lo que quieren es que no cambie nada". "No vamos a ser nosotros los que nos estrellemos contra esa pared", subrayó, para afirmar de nuevo con optimismo que la reforma estatutaria saldrá adelante.

Maragall se mostró confiado de nuevo en que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cumplirá su compromiso de apoyar el Estatuto que apruebe el Parlamento catalán por amplio consenso y dentro del marco de la Constitución.

El toque de alerta entre los socialistas lo lanzó su portavoz parlamentario, Miquel Iceta, quien dijo sentirse obligado a "encender las luces de alerta ante la posibilidad de que no se apruebe el nuevo Estatuto porque todo apunta a que CiU ha decidido negar su apoyo al texto".

Desde la federación nacionalista, el mensaje se mantiene invariable a la hora de afirmar que si no hay Estatuto será porque los socialistas quieren aprobar un texto "rebajado" que no incomode a Zapatero. En esta tesitura, el presidente de CiU, Artur Mas, respondió a las advertencias lanzadas el pasado sábado por Pasqual Maragall cuando afirmó que si alguien bloquea la reforma "se las tendrá que ver con el pueblo catalán". Según manifestó ayer Mas, "quien se las tendrá que ver con el pueblo de Cataluña, quien deberá pasar cuentas ante la historia de nuestro país" es precisamente "aquel quien hoy permita que salga de Catalunya un Estatuto rebajado".

Será a partir de hoy cuando comenzará a divisarse si es posible el acercamiento entre los dos partidos, pues a primera hora de la tarde acaba el plazo para que los grupos parlamentarios presenten sus enmiendas al dictamen del consultivo que consideró inconstitucionales 19 puntos del actual redactado del Estatuto. La transacción de estas enmiendas, entre ellas las referidas a financiación y derechos históricos, es vista por todos los partidos catalanes como la última oportunidad para llegar al acuerdo en el plazo establecido.