La Caixa vende participaciones industriales en un año por 3.000 millones
La OPA a Endesa reforzaría la concentración de la caja en energía e infraestructuras
Si sale adelante, la oferta pública de adquisición (OPA) de Gas Natural sobre Endesa concentrará la cartera de inversiones industriales de La Caixa, valorada en cerca de 17.500 millones de euros, en dos grandes pilares: uno en torno a la energía, con el nuevo grupo de gas y electricidad a la cabeza, y el otro en torno a la gestión de infraestructuras, asentado sobre Abertis. Sin embargo, el plan estratégico de La Caixa no busca sólo engordar su cartera de participaciones en sectores básicos como los servicios. También contempla "desinversiones en función de las oportunidades". En los últimos 12 meses, la caja ha ejecutado o anunciado la venta de participaciones valoradas en casi 3.000 millones de euros.
Para bien, cuando sus empresas van viento en popa, o para mal, como cuando en 2002 participadas como Repsol y Telefónica se vieron golpeadas por la crisis latinoamericana y las licencias de telefonía móvil de tercera generación (UMTS), la voluminosa cartera industrial de la primera caja de ahorros siempre deja una huella profunda en sus resultados.
El año pasado, el primero en el que La Caixa ganó por primera vez más de 1.000 millones de euros, las participaciones aportaron 926 millones a las cuentas. Y, en el primer semestre de 2005, los resultados por puesta en equivalencia (proporcionales a la participación en el capital) de las sociedades que controla -Gas Natural, Abertis o Agbar- ascendieron a 204 millones.
El beneficio de enero a junio de este año, que ascendió a 767 millones de euros, empezó ya a reflejar la nueva política de "gestión diferenciada" de las participaciones de La Caixa, de acuerdo con su plan estratégico 2004-2006: el resultado se vio impulsado por las desinversiones. Sin ellas, el resultado habría sido 179 millones inferior.
La entidad ha dejado de incluir los resultados por puesta en equivalencia de las participaciones inferiores al 20%, caso de BPI, Banc Sabadell, Repsol, Endesa, Telefónica o Banco Itaú. Éstas son ahora "participaciones asociadas a activos financieros disponibles para la venta".
El plan estratégico plasma la filosofía del presidente Ricard Fornesa: apostar por las empresas en cuya gestión La Caixa pueda influir. Pero la concentración en sus empresas tradicionales -el año pasado compró más telefónicas, hasta un 5%, y también ha reforzado posiciones en Gas Natural y Abertis, hasta el 35,5% y el 19,9% de participación directa, respectivamente- ha hecho palidecer otra tendencia paralela: la caja está soltando lastre. En 12 meses, se ha desprendido o ha anunciado que venderá participaciones en bancos y empresas por casi 3.000 millones.
Primero fueron los bancos dedicados a la gestión de patrimonios privados Société Monégasque de Banque Privée en Mónaco, señalado como paraíso fiscal, y CaixaBank Banque Privée, en Suiza. Uno y otro gestionaban patrimonios de clientes de 630 y 300 millones, respectivamente. En el informe anual de 2004 consta que por el primero se obtuvo un beneficio antes de impuestos de 15,7 millones. Del segundo no han trascendido detalles.
Después llegó el Deutsche Bank, que supuso unos ingresos de 1.450 millones. Pese al valor de la participación -en 2004 se vendió el 2,9% y en enero de 2005, el 1,29% restante-, las plusvalías han sido más que moderadas: 25 millones.
Le siguió el turno al Banco Itaú, en Brasil. Su venta progresiva se anunció el pasado 8 de junio, cuando la participación del 3,12% valía 530 millones y las plusvalías superaban los 300 millones. Ya se ha ejecutado la venta del 1,6%, con un beneficio neto de 107 millones.
Panrico, el grupo de la familia Costafreda que supuso la irrupción de La Caixa en el capital desarrollo, es casi agua pasada. A falta de que se complete la venta a Apax, del precio pagado por esta firma de capital riesgo se deduce que la caja ingresará unos 280 millones, casi tanto como la cuantía en la que ha sido valorada su participación de la caja en la cadena Occidental Hoteles. Existe un preacuerdo para que Carlyle se quede con ella en unas semanas.
La última desinversión parcial se ha producido en Inmobiliaria Colonial, en la que la caja ha dado entrada a la Mutua Madrileña, con un 10% del capital, tras una compleja operación valorada en 351,7 millones.
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