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Los contratos de servicios

Pese al cerrojo constitucional, Pemex buscó atraer la inversión privada con los llamados contratos de servicios múltiples, a los que se acogieron algunas empresas extranjeras. Repsol-YPF firmó en 2003 un contrato a 20 años que puede significar una inversión de 2.400 millones de dólares (1.800 millones de euros) ; la argentina Tecpetrol invertirá 1.000 millones; y la brasileña Petrobras, unos 800 millones de dólares. En una segunda fase se adjudicaron nuevos contratos a consorcios con participación privada mexicana. Las empresas extranjeras contribuyen en la financiación de obras públicas, que el Estado reingresa poco a poco al ritmo con que aumenta la deuda pública. Los contratos de servicios múltiples no han dado resultado y Pemex ha anunciado recientemente que no seguirá por esta vía.

Aunque hoy se abrieran las puertas a la inversión privada en perforación o exploración, los resultados no serían visibles antes de tres o cuatro años, en tierra, y no antes de siete en aguas profundas, estima un alto directivo de una empresa petrolera. México tiene un potencial de nuevos yacimientos y de recuperación secundaria (con métodos sofisticados) muy grande, pero sin ayuda privada no la podrá desarrollar. El Estado dedica entre 10.000 y 12.000 millones de dólares al año a Pemex, una cantidad que no resuelve el problema. Para expandir la industria petroquímica hay que construir refinerías. Actualmente, México envía el crudo a Estados Unidos para su refinado y lo recompra más caro.

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