La UE mantiene la mano tendida a Irán si renuncia a la bomba nuclear
Los ministros de Exteriores de Francia, Reino Unido y Alemania y el secretario general de Naciones Unidas se reunieron la pasada madrugada en Nueva York con el nuevo presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, en un primer contacto de cortesía promovido por Kofi Annan y encaminado a retomar las negociaciones sobre el programa nuclear iraní. El trío europeo se mantiene a la espera del mensaje que lanzará esta noche Ahmadineyad ante el plenario de la Asamblea General.
Los negociadores europeos evitan hacer comentarios precisos sobre el resultado de la reunión con el presidente de Irán, que duró apenas 25 minutos, y en la que participó el alto representante de la UE, Javier Solana. El ministro alemán de Exteriores, Joschka Fischer, dijo tras el encuentro que escuchará con mucho cuidado el discurso de Ahmadineyad. "Irán conoce nuestra posición y nuestra oferta está sobre la mesa. Hay que esperar a ver qué dice y examinaremos sus propuestas, para ver en qué dirección nos movemos", explicó. "Las propuestas europeas han sido escuchadas", señaló el ministro francés de Exteriores, Philippe Douste-Blazy, "la respuesta iraní la tendremos el sábado
ante la Asamblea General".
El encuentro con Ahmadineyad, promovido por Kofi Annan en su última visita a Londres, se celebró aprovechando el desarrollo de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la ONU y fue precedido por una reunión de casi hora y media del trío europeo con el jefe de la diplomacia iraní.
EE UU, por su parte, confía en que Irán ceda a la presión internacional, retome las negociaciones y ponga fin a las actividades de enriquecimiento de uranio. Washington considera a Irán como uno de los países que apoyan el terrorismo internacional y le acusa de desarrollar en secreto el arma atómica, utilizando a la ONU como paraguas. Además, teme que Teherán transfiera tecnología nuclear a otros países que podrían utilizarla con fines terroristas.
Ahmadineyad, que según EE UU pudo haber participado en la ocupación de su Embajada en Teherán en 1979, responde a estas acusaciones diciendo que sus objetivos son pacíficos y que su país está dispuesto a facilitar sus conocimientos a los países musulmanes que los necesiten para su desarrollo.
Douste-Blazy insistió, entre tanto, en que "la mano está tendida". "Queremos salir de la crisis a condición de que no haya actividad nuclear militar en Irak y también reconociendo que tienen derecho al uso civil. La primera es pacífica y la otra no", concluyó.
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