Una campaña hasta el último minuto
Derecha e izquierda llegan empatados a las elecciones de mañana en Alemania
La campaña electoral en Alemania se prolongará hasta el último minuto con mítines, sin la tradicional pausa de reflexión durante el día de hoy, y mensajes a los electores a través de Internet hasta el cierre de las urnas. Los últimos sondeos difundidos ayer registran un ligero descenso de la intención de voto por el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) del canciller Gerhard Schröder, de 61 años. Al mismo tiempo, coincide la demoscopia en constatar un codo a codo entre el bloque de derecha formado por la democracia cristiana (CDU/CSU) y los liberales (FDP) y el de izquierda con el SPD, Los Verdes y el Partido de la Izquierda que agrupa a los poscomunistas del Este y los disidentes del SPD y sindicalistas del Oeste.
"La campaña electoral se prolonga hasta el domingo a las 17.59", titulaba ayer en primera plana el diario conservador Die Welt. Si el titular es cierto, la campaña llega hasta un minuto antes del cierre de las urnas. La tradición en Alemania hacía que se respetase una norma no escrita de cesar la campaña la víspera de la votación. La psicosis del empate y que la elección vaya a decidirse por la foto de llegada ha provocado que los primeros espadas de los partidos intervengan hoy sábado en mítines.
Schröder lo hará en Francfort; la candidata democristiana Angela Merkel, de 51 años, en Bonn; el jefe de Los Verdes, Joschka Fischer, de 57 años, en Hamburgo, y el liberal Guido Westerwelle, de 43 años, en Dortmund. Los socialcristianos de Baviera (CSU) planean invadir los ordenadores con una acción hasta última hora para advertir al electorado contra los riesgos de una coalición roja-verde-roja formada por el SPD, Los Verdes y el Partido de la Izquierda.
Dos empresas de sondeos de opinión publicaron ayer los últimos resultados. El decano de los institutos de demoscopia alemanes Allensbach, cuya central se encuentra en los idílicos aledaños del lago Constanza y se le considera afín a la democracia cristiana, registra un descenso ligero en la intención de voto por el SPD y una subida de un punto de los liberales (FDP) que daría una ligera mayoría al bloque de derechas. El instituto Forsa, cuyo director Manfred Güllner asesora a Schröder, emitió ayer un pronóstico con márgenes para evitar tal vez cogerse los dedos.
Según Forsa, la CDU/CSU obtendrá entre un 41 y un 43%; el SPD, entre un 32 y un 34%; los liberales (FDP) y el Partido de la Izquierda oscilan entre el 7 y el 8%; Los Verdes se mueven entre el 6 y el 7%. Con estos márgenes sería posible tanto una mayoría de una coalición demoliberal (CDU/CSU-FDP) como otra del bloque de izquierda que obligaría a una gran coalición (CDU/CSU-SPD), dado que se excluye al Partido de la Izquierda de cualquier alianza para gobernar.
La democracia cristiana (CDU/CSU) parece haber encontrado en la recta final de la campaña un arma para atacar a Schröder y su Gobierno con la llamada "lista de venenos", un presunto documento elaborado en el Ministerio federal de Hacienda con planes de ahorro de 30.000 millones de euros para cuadrar el déficit presupuestario. El ministro de Hacienda, Hans Eichel (SPD), niega la existencia de dicha lista y atribuye su autoría a funcionarios democristianos que la elaboraron sin encomendarse a Dios ni al diablo y luego la filtraron a los medios de comunicación. El sensacionalista Bild Zeitung, que estos días no vacila en poner toda la carne en el asador a favor de Merkel, alimentó ayer a sus 12 millones de lectores con un gigantesco titular en primera página. Bajo una foto del ministro de Hacienda se pregunta el periódico con enormes letras: "Disputa sobre la lista secreta de ahorros. ¿Miente Eichel?".
El SPD celebró ayer por la noche en el centro histórico de Berlín su solemne mitin de cierre en falso de campaña, si se considera que hoy se celebra otro en Francfort. Intervino el premio Nobel de Literatura alemán Günter Grass, que apeló a votar por Schröder por haber salvado a Alemania de intervenir en la guerra de Irak. Según Grass, sería una imprudencia que Merkel llegue a la Cancillería.
"Somos el pueblo"
Schröder y la plana mayor del SPD se reían en el estrado con algunas de las frases del discurso de Grass. El canciller apeló a no dejarse influir por los sondeos y dijo que nunca como ahora la gente ha dicho "nosotros somos el pueblo y votaremos lo que queremos y no lo que quieran ellos". Repitió Schröder el argumento que manejó durante toda la campaña de que los planes de reforma fiscal de la CDU llevan a que el director general pague lo mismo que la señora de la limpieza y esto es un atentado contra la solidaridad.
En Berlín, ante la plaza del Palacio de la República, celebró el Partido de la Izquierda su mitin de cierre de campaña. Uno de sus líderes, Oskar Lafontaine, quien ayer cumplió 62 años, acusó a Schröder de ser "el campeón mundial de las mentiras". Justificó Lafontaine su ataque con el argumento de que el canciller prometió reducir el paro a la mitad, mientras ahora Alemania tiene la mayor cuota de paro en Europa.
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