"No avalo ni dejo de avalar el nombre de Imma Tubella"

Gabriel Ferraté, de 73 años, seguía ayer en su despacho del rectorado de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) viviendo con "perplejidad" que el responsable de Departamento de Universidades de la Generalitat, Carles Solà, haya decidido relevarlo al frente de la universidad que Ferraté fundó sin, según sostiene, comunicárselo previamente ni informarle del nombre de la sustituta, Imma Tubella. Ferraté dejará una UOC con 40.000 estudiantes, en plena expansión internacional y con un notable prestigio

Pregunta. Desde que trascendió su relevo, ¿ha tenido alguna conversación con Solà?

Respuesta. El lunes, el consejero me llamó para comunicarme que iba a convocar el patronato y el consejo asesor de la universidad, pero no me dio ninguna indicación más. De hecho, la convocatoria oficial del patronato aún no había salido ayer. Yo me enteré de las intenciones del consejero por terceras personas. Además, me consta que no todos los patronos conocían la operación.

P. Usted había hablado con el presidente de la Generalitat del relevo.

R. Tuve dos reuniones en las que hablamos del proceso de sustitución. El consejero estuvo presente en la segunda, y se decidió seguir con el proceso de identificación de candidatos. Quiero insistir en que yo no opino sobre la idoneidad de Tubella. Simplemente quiero dejar claro que no he avalado ni dejado de avalar su posible nombramiento, que no se me ha comunicado. Éste es el origen del problema.

P. No opina sobre la futura rectora, pero durante su mandato fue relevada de una vicerrectoría.

R. En el año 2004 había que enfocar y gestionar la segunda fase del proyecto Internet-Catalunya, que codirige, y fue ella misma quien me comentó su interés por dedicarse más a la investigación.

P. ¿Qué perfil deberían tener los candidatos?

R. El de una persona con proyección internacional, que entienda la sociedad de la comunicación y las maneras modernas de gestión en red, que conecte el mundo académico con el empresarial y profesional, y -muy importante- que sepa crear un clima interior de equipo, de colaboración. La universidad está para crear conocimiento que sea usado socialmente.

P. Usted es militante de Convergència. ¿Sospecha que hay una purga política?

R. No, en absoluto.

P. El motivo... ¿podría estar en la expansión de la UOC hacia España y Suramérica, lo que ha supuesto el uso del castellano?

R. No lo sé. No lo creo, aunque es cierto que hay personas totalmente favorables a esta expansión y otras en contra. Hay quien no entiende que en un mundo globalizado Cataluña se puede construir también en inglés o chino. Cataluña no es sólo un idioma, es una cultura y una manera de hacer. No ha habido marcha atrás en la expansión de la UOC a otros territorios. De hecho, cuando se fundó la UOC no pensaba que pudiera alcanzar la proyección el y reconocimiento internacional que ahora tiene.

P. ¿Por qué no participan los estudiantes, como en otras universidades, en la elección del rector?

R. La UOC gira en torno al estudiante, está a su servicio como cliente que debe ser debidamente atendido, y nació con un concepto de democracia más inspirado en los modelos universitarios anglosajones. La UOC es una fundación privada con mayoría pública en su patronato. Hay una tutela pública de la misma que es positiva, pero que puede ser nociva si se politiza. En el patronato hay representantes de otras universidades, de los sindicatos, de la sociedad civil, y propone el rector, cuyo nombramiento ratifica la Generalitat. Se parece a los sistemas de nombramiento que hay en universidades tan indiscutidas como las de Standford, MIT y Berkeley. Las fórmulas de participación de los estudiantes son más fáciles de solventar en las otras universidades porque están físicamente presentes en el campus. La UOC es una universidad virtual cuyos alumnos están repartidos por toda España, Suramérica... Cuando creamos la cooperativa estudiantil, convocamos unas elecciones en línea, una asamblea virtual, y ya recibimos indicaciones de que este sistema no era legal y podía ser impugnado. No podemos correr este riesgo en unas elecciones virtuales a rector. Muchas leyes están todavía ancladas en el mundo analógico. En cualquier caso, los estudiantes de la UOC participan en las decisiones de la universidad y se hacen oír a través de las comisiones de estudios y de campus. Uno de los aspectos que han permitido crecer con agilidad a la UOC es precisamente su arquitectura organizativa. Después de la UOC se han intentado crear, sin éxito, otras universidades virtuales en otros países y han fracasado porque se han planteado como consorcios de universidades, y es muy difícil de gestionar este tipo de consorcios porque a las universidades les preocupa más lo que puedan hacer otras que lo que puedan hacer ellas. Tuvimos que crear un sistema de gestión ágil. En muchas instituciones parece como si el tiempo no existiera, y vivimos en un mundo que va muy deprisa. Hay que poder tomar las decisiones adecuadas en el momento preciso.

P. ¿Le preocupa el futuro de la UOC?

R. Siempre soy optimista. Las cosas dependen de las personas. Hemos visto empresas muy sólidas que han sufrido altibajos enormes. Depende de si saben adaptarse a la nueva sociedad del conocimiento.