Transformar los discursos en compromisos concretos
Los líderes mundiales dedicaron la sesión de trabajo matinal de ayer a debatir sobre la financiación del desarrollo. A pesar de los avances conseguidos durante el último cuarto de siglo en la reducción de la pobreza y el hambre, los recursos financieros movilizados están lejos del mínimo necesario, lo que para la ONU supone un riesgo para lograr los Objetivos del Milenio en 2015 aprobados en Monterrey (México). "Hay que transformar los discursos en compromisos concretos", dijo el presidente de México, Vicente Fox, que abrió el debate como país anfitrión de aquella cumbre dedicada a combatir la pobreza.
"Hay que hacer mucho más", reiteró Fox, quien calificó de "alentadores" los compromisos de algunos grupos regionales, citando el calendario de la UE para lograr que el 0,7% de su PIB se destine a la financiación para el desarrollo o el del G-8 para condonar el 100% de la deuda de los países más endeudados.
El secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, espera que la cumbre actual sirva de catalizador en este proceso. "Es una cuestión moral. Tenemos la oportunidad de salvar decenas de millones de vidas durante la próxima década y de sacar a cientos de millones de la pobreza", aseguró.
Para Rodrigo Rato, director del FMI, los ciudadanos del mundo "comparten un intenso deseo" para que se elimine la pobreza extrema y pidió a los líderes que no decepcionen a los más necesitados. "Debemos hacer frente a nuestras responsabilidades, trabajar por mejores políticas, más comercio y por un uso más inteligente de la ayuda", dijo Rato.
Honestidad
Paul Wolfowitz, presidente del Banco Mundial, pidió honestidad a la asamblea y advirtió de que a este ritmo muchos países, sobre todo del África subsahariana, no alcanzarán los objetivos de desarrollo. "Hay que cumplir con las promesas de ayuda con un plan realista", urgió. Percival Patterson, en nombre de los países menos industrializados (G-77), explicó que "no se trata de dar pasos pequeños. Se necesitan pasos de gigante". "Los retos para África son enormes", añadió el nigeriano Olusegun Obasanjo.
"El fracaso será una traición para los más pobres", advirtió Reino Unido, en nombre del G-8 y de la Unión Europa. Los países del Grupo de Río mostraron su preocupación por los obstáculos en el sistema internacional para la construcción de un entorno económico que favorezca al desarrollo. Y pidió una reforma de la estructura financiera internacional, que considera "anacrónica". "Cuando hay hambre, no hay escuelas, no hay familia, no hay hospitales. Sólo cuando hay trabajo decente, el desarrollo humano es posible. Financiar el desarrollo deber ser una prioridad", dijo.
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