El hallazgo de 45 muertos en un hospital destapa los fallos tras el huracán Katrina
Algunas de las víctimas fallecieron mientras esperaban la evacuación en Nueva Orleans
La bajada de las aguas sigue poniendo al descubierto muestras de la magnitud de la tragedia y del caos reinante en Nueva Orleans tras el paso del Katrina, cuando decenas de miles de personas esperaron en vano a que las autoridades las evacuaran. Los equipos de rescate anunciaron el lunes el hallazgo de 45 cadáveres en el hospital Memorial Medical Center, que quedó inundado, sin luz ni agua corriente. Algunas de las víctimas murieron después de la llegada del huracán mientras esperaban la evacuación a temperaturas superiores a los 35 grados.
Parte de los trabajadores del centro sanitario permanecieron en sus puestos para ayudar a los enfermos, mientras el nivel del agua subía y los saqueadores entraban en el edificio. Algunos de los cadáveres fueron hallados flotando; otros, en el último piso del hospital, donde los supervivientes habían sido trasladados con la esperanza de que los helicópteros llegaran para evacuarlos. "Se podía oler la muerte", declaró el sargento Earl Hackeny, de la Guardia Nacional, al periódico local The Times-Picayune. "Pero el agua olía aún peor", agregó Hackeny, que participó en la recogida de cuerpos días después del paso del huracán.
El hallazgo de los cadáveres es una prueba más de la lentitud con que las autoridades respondieron a los devastadores efectos del huracán Katrina. Las duras críticas recibidas por el Gobierno central han forzado la dimisión del máximo responsable de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), Michael Brown, que había sido relevado días antes de la dirección de las operaciones de rescate.
Lo sucedido en el Memorial Medical Center también ha hecho sonar las alarmas sobre la situación en los hospitales y asilos de ancianos durante los días inmediatamente anteriores y posteriores al huracán. La semana pasada se hallaron los cadáveres de más de treinta personas mayores en una residencia de la parroquia de St. Bernard, vecina de Nueva Orleans, que al parecer habían sido abandonados por el personal.
El Memorial Medical Center de Nueva Orleans es propiedad de la empresa Tenet Healthcare, con sede en Houston (Tejas). Un portavoz de la compañía aseguró que varios pacientes estaban gravemente enfermos y que ninguno de ellos falleció por la falta de comida, agua o electricidad. Pero una vecina del barrio que se refugió en el edificio junto a su marido relató a The Times-Picayune los esfuerzos de los trabajadores del hospital por mantener vivos a los pacientes sin aire acondicionado ni ventiladores eléctricos. "Las enfermeras no dormían y se pasaban toda la noche abanicando a los pacientes con hojas de papel y trozos de cartón", dijo. El portavoz de Tenet Healthcare declaró que la mayoría de los pacientes del hospital, que tiene 327 camas, habían sido evacuados en helicópteros privados con la ayuda de la Guardia Costera y los bomberos de Nueva Orleans.
Ayer por la mañana, soldados de la Guardia Nacional vigilaban los alrededores del centro médico, donde todavía quedaban enormes charcos de aguas fétidas. El edificio está completamente abandonado y su fachada, llena de cristales rotos, muestra el enorme castigo sufrido a causa del huracán.
Los fallecidos en el hospital han elevado a 279 la cifra de muertos en la zona metropolitana de Nueva Orleans y a 515 el número total de fallecidos en la costa del golfo de México como consecuencia del Katrina. Los equipos de rescate temen que aparezcan más cadáveres en hospitales a medida que pasen los días y baje el nivel de las aguas. Un médico voluntario declaró a The New York Times que el pasado sábado, durante una operación de rescate, los soldados que le acompañaban encontraron varios cuerpos en el Charity Hospital, dependiente de la Universidad del Estado de Luisiana.
La gobernadora de Luisiana, Kathleen Blanco, anunció ayer que iba a contratar una sociedad privada para recuperar los cadáveres, acusando el Gobierno federal no actuar bastante rápido. "Estoy enfadada por la situación actual. Tanto en la muerte como en la vida, nuestra población no merece lo que ha obtenido", declaró. "Ya no puedo esperar más", concluyó Blanco para justificar su decisión.
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