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Sindicatos y profesores exigen a Educación medidas específicas contra la violencia escolar

Las sindicatos piden que se convoque la mesa sectorial para abordar los problemas

Una profesora de un instituto malagueño golpeada por un alumno tras expulsarlo de clase por su mala conducta; otra maestra de un colegio de Dos Hermanas (Sevilla) herida de un perdigonazo mientras vigilaba el recreo; una alumna abofeteada y amenazada de muerte por su compañera de 14 años en un instituto de Motril (Granada) como venganza por haberse chivado a los profesores de otro encontronazo anterior... Todos estos episodios violentos se produjeron durante el pasado mes de junio, último mes lectivo del curso 2004-2005 y todos recibieron como respuesta la repulsa de la comunidad educativa de los centros donde se produjeron.

En Málaga fue donde más hastío mostraron los profesores ante unos hechos que la Administración educativa no dudó en catalogar como "casos aislados" que constituyen "una excepción". Convocados por las organizaciones sindicales ANPE, CC OO, CSI-CSIF, FETE-UGT, SADI, SIEP y USTEA, unos 300 docentes y delegados sindicales se concentraron el pasado 27 de junio ante la Delegación de Educación de Málaga para exigir a la consejera de Educación, Cándida Martínez, la adopción de medidas específicas y urgentes encaminadas a favorecer la convivencia escolar.

"Lo que les pedimos a los responsables educativos es que aborden el problema con seriedad y responsabilidad y que dejen de mirar hacia otro lado como vienen haciendo hasta ahora", explicaba entonces Félix Martín, responsable educativo de CC OO en Málaga. "Todos esos casos que la Administración educativa califica de puntuales no son los de hace años. Se ha pasado del insulto a la agresión física e incluso con arma blanca" añadía como queja Paqui Platero, profesora de un instituto malagueño.

Falta de respeto

Una realidad que se refleja en el estudio que CC OO hizo público a finales del pasado curso y en el que se recoge que el 81% de los alumnos de Secundaria le falta el respeto al profesorado. Ante esta situación, este sindicato ha puesto a disposición de los centros educativos una guía de actuaciones ante las agresiones al profesorado, protocolo que contiene información sobre la asistencia letrada al profesorado víctima de agresiones, así como orientaciones sobre los procedimientos a emprender en cada caso.

"Desgraciadamente las agresiones al profesorado se están convirtiendo en un problema casi habitual por parte de padres y madres del alumnado e incluso por parte de los propios alumnos", indica José Blanco, secretario general de la Federación de Enseñanza de CC OO en Andalucía. Blanco recuerda que desde su organización llevan años reclamando a Educación la adopción de medidas urgentes para la mejora de la convivencia en los centros, especialmente en la etapa de Secundaria, tramo en el que suelen registrarse la mayoría de los conflictos. "Nuestra demanda de un Plan de Choque para la Enseñanza Secundaria en Andalucía aún no ha sido atendida por la Administración educativa. Por eso, consideramos que el Consejo Escolar de Andalucía puede ser un lugar idóneo para el debate y para la búsqueda de soluciones, ya que de él pueden salir propuestas y sugerencias a la Consejería de Educación avaladas por la gran mayoría de los colectivos en él representados", señala Blanco quien, no obstante y al igual que el resto de organizaciones sindicales, exige a la consejera de Educación, Cándida Martínez, que convoque de forma extraordinaria la mesa sectorial de Educación para tratar estos asuntos En este sentido, la consejera de Educación se ha comprometido a celebrar en el primer trimestre del curso un foro de debate en el seno del Consejo Escolar de Andalucía con el propósito de fijar "nuevas medidas para evitar cualquier tipo de violencia en la escuela".

En esta reunión o en una previa de la mesa sectorial, las organizaciones sindicales presentarán para una amplia relación de medidas urgentes que a su parecer servirán para atajar la conflictividad en las aulas. Entre las más necesarias destacan la reducción de la ratio de alumnos; impulsar y fortalecer la relación entre la familia de los alumnos y la escuela; una formación específica del profesorado para poder hacer frente a estos conflictos; una mejora de las infraestructuras de los centros; un mayor valor y peso del trabajo del tutor, entre otras.

La Secundaria es la más violenta

El 66% de la población escolar reconoce haber agredido alguna vez a otros alumnos, aunque sólo el 5% admite haber cometido actos considerado graves como agresiones físicas, amenazas o acoso sexual. La mitad de las agresiones tienen como protagonistas a alumnos de tercero y cuarto de educación Secundaria y más del 60% se producen dentro del mismo aula. Por su parte, un 37% de los alumnos reconoce haberse sentido víctima de alguna situación de acoso. Estos datos se desprende de los estudios realizados por el sociólogo y psicólogo Héctor del Castillo, de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), cuyo grupo de investigación, en el que también participa la Universidad de Córdoba, se ha dedicado en los últimos años a estudiar el fenómeno de acoso escolar, también conocido por bullying.

"Hay que dejar claro que el bullying no es sólo una agresión física que acaba en suicidio, también son casos de exclusión social continuada que pueden tener como origen motes o insultos y que acaban provocando problemas de autoestima y soledad entre los alumnos que los sufren", aclara el profesor, quien subraya que "todo tipo de violencia da pie a situaciones criminales que hay que atajar desde el primer momento". Como ejemplo cita el caso de los motes, que pueden ser considerado como las formas más leves de violencia, pero que si se perpetúan en el tiempo puede ser graves. "Si le quitamos importancia a estos hechos estamos legitimando a los agresores", apostilla Del Castillo.

A pesar de los últimos casos de suicidio de dos adolescentes en el País Vasco y Valencia, el sociólogo sostiene que los niveles de violencia en las aulas se mantienen similares en los últimos cinco años. Entre los agresores, el 70% suele ser hombres y el 30% mujeres. En el caso de las chicas, el 90% dirigen sus maltratos hacia otras chicas, consistiendo fundamentalmente sus acciones en la exclusión social de sus víctimas.

El papel del maestro se convierte en el más importante para detectar estos casos de abuso. "En una encuesta, el maestro era la última persona a la que el escolar acudiría para contar su problema, por detrás de un amigo, algún familiar u otro adulto cercano a la familia", indica Del Castillo.

En cuanto a posibles soluciones, este experto en convivencia escolar recurre a la "prevención" y el "trabajo en equipo" en el que participen por igual profesores, padres y la universidad, con sus investigaciones. "Tenemos que dotar a los escolares de las herramientas necesarias que les enseñen a identificar y resolver sus propios conflictos a través del diálogo, para conseguir sus objetivos sin recurrir a la violencia", defiende Del Castillo.

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