Aguirre encara el ecuador de su mandato con la oposición crispada por la sanidad

Esperanza Aguirre, presidenta regional, está a punto de sobrepasar el ecuador de su mandato. Sobre ella pende una promesa electoral: dimitirá a fin de año si hay un solo madrileño que tenga que esperar más de 30 días para ser operado en la sanidad pública. Aguirre afirma que ya ha cumplido esta promesa, a pesar de que la oposición tiene serias dudas: PSOE e IU sostienen que la presidenta ha maquillado los datos para no tener que dejar el cargo. Unos y otros discutirán éste y otros asuntos los días 14 y 15 en la Asamblea, durante el segundo debate del estado de la región de la era Aguirre.

En esas dos sesiones plenarias, la oposición intentará destacar lo que considera una mala gestión del Ejecutivo regional. Encima de la mesa pondrá las sucesivas reducciones de impuestos -que, según PSOE e IU, sólo benefician a los más ricos-, las listas de espera y la insuficiente financiación de la sanidad pública, la concesión de las licencias de televisión digital a grupos afines al PP, la deficiente gestión de las reservas hidráulicas -están al 40% y no hay todavía restricciones al consumo- y una política educativa que concentra en los colegios públicos a tres de cada cuatro alumnos inmigrantes.

Aguirre, por su parte, defenderá su gestión, que se asienta sobre las citadas reducciones de impuestos -según ella, benefician a todas las capas sociales-, la construcción de 90 kilómetros de metro y el cumplimiento de su promesa de reducir las listas de espera.

Otra de las estrellas del debate será la política de enfrentamiento continuo entre el Gobierno regional y el central. Prácticamente todas las decisiones del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero han sido recurridas o contestadas desde el Gobierno autónomo. Aguirre se ha convertido en punta de lanza de la política de oposición del Partido Popular a Zapatero. La presidenta se ha mostrado en contra de la nueva ley educativa y del traslado de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones a Barcelona, y ha expresado su recelo hacia la nueva financiación propuesta por Zapatero para la sanidad.

Igualmente, Aguirre ha desautorizado a su antecesor en el cargo y hoy alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, también del PP. Si éste decidió no desdoblar la M-501 por los posibles daños ambientales y redactó casi al final de su mandato una Ley del Suelo, Aguirre ha aprobado las obras en la citada carretera (sin previa declaración de impacto) y prepara una nueva ley que regule el urbanismo en Madrid.