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Crónica:FÚTBOL | Segunda jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Eto'o decide de cabeza

El Barça, más práctico que de costumbre, gana al Mallorca con dos goles del camerunés en cinco minutos

Àngels Piñol

El Barça se sacó ayer de encima ante el Mallorca las telarañas de su estéril debut en la Liga en Vitoria. Tuvo un partido plácido, que dominó de arriba a abajo, y apenas invirtió energía para resolverlo. El Mallorca, que no acaba de salir de la crisis que a punto estuvo de enviarle a Segunda en junio, se comportó como un fiel aliado y acabó tan impotente que acabó con nueve por las expulsiones de Ballesteros y Farinós. A los azulgrana les bastó media hora para sentenciar un partido que decidió por dos veces y en cinco minutos Eto'o con la cabeza. El camerunés venía de estar ingresado por un traumatismo craneoencefálico y por lo visto ayer no le ha quedado secuela alguna. El Barça pudo golear, pero al final su puntería no dio más de sí. Ni Giuly ni Eto'o, que iba a por el hat-trick, lo lograron. Fue un estreno tan soso que muchos añoraron la tensión competitiva del último Gamper. El Mallorca presentó tan poca resistencia que Rijkaard se permitió el lujo de tirar, esta vez sí, de un nutrido banquillo y hacer debutar a los recién fichados Ezquerro y Van Bommel, hasta ahora inéditos.

BARCELONA 2 - MALLORCA 0

Barcelona: Víctor Valdés; Belletti, Puyol, Oleguer, Gio (Ezquerro, m. 81); Xavi, Márquez (Van Bommel, m. 65), Deco (Iniesta, m. 76); Giuly, Eto'o y Ronaldinho.

Mallorca: Moyà; Potenza, Ballesteros, Cortés (Maciel, m. 47), Fernando Navarro; Farinós, Pereyra (Borja m. 52), Arango, Campano; Okubo (Juliano, m. 73) y Yordi.

Goles: 1-0. M. 26. Gio centra desde la izquierda para Eto'o, que supera a Potenza y, de cabeza, bate a Moyà. 2-0. M. 31. Deco asiste a Giuly en el interior del área, Moya rechaza el chut del francés, pero no el remate, de cabeza, de Eto'o.

Árbitro: González Vázquez. Amonestó a Puyol, Pereyra, Okubo y Márquez y expulsó por doble amonestación a Ballesteros (m. 70) y Farinós (m. 79).

Camp Nou: 75.000 espectadores.

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Rijkaard mareó al equipo en el inicio de la temporada y ayer le salió bien volver al pasado y plantar sobre el campo la alineación que le dio el título. El sacrificado fue Edmilson, un elegante y espléndido futbolista cuya titularidad, sin embargo, como mediocentro, trastoca todo el Barça de cintura para abajo. El técnico, que recuperó a Belletti como lateral, prefirió no hacer más inventos y decidió apostar por lo seguro colocando a Márquez de pivote. Y acertó. Su declaración de intenciones tuvo efectos retardados porque el Barça empezó espeso y lento. El Mallorca llegaba con relativa facilidad al área de Valdés. El partido discurría al tran-tran hasta la media hora, momento en que el Mallorca desperdició una ocasión tras un lío de Valdés. Acto seguido, Gio se fue con el balón y centró desde la banda justo para que Eto'o cabeceara. No imaginaba entonces que iba a marcar el gol más tonto de su vida. Moyà hizo la vista gorda y, cuando fue a por el balón, se equivocó al blocar y la pelota acabó en la red. El gol fue un regalo inesperado que sirvió para animar al Barça y deprimir al Mallorca que, para desesperación de Cúper, dejó inocentemente desguarecida a su defensa, una de las armas que siempre ha distinguido a sus equipos. Demasiados huecos, sobre todo en la banda derecha, y demasiados para un tipo tan listo como Deco. Giuly, que siempre empieza las temporadas como un cohete, se movió como quiso y centró mil veces. Hasta que el centrocampista portugués le vio solo en el área y le regaló medio gol. El francés metió un zapatazo y Moyà sacó la mano para despejar el balón al travesaño. No tuvo suerte tampoco esta vez el meta porque de nuevo apareció Eto'o, que atrapó el rebote y marcó.

Dos goles en cinco minutos fueron un premio excesivo para un Barça que hasta entonces apenas había aparecido. Esta vez se olvidó de adornarse y relamer su juego y fue más práctico que nunca. Se metió el partido en el bolsillo con la ley del mínimo esfuerzo. Los dos goles, sin embargo, reactivaron a los azulgrana, que empezaron a ofrecer sus mejores momentos. Dirigido por un espléndido Deco, el Barça tuvo siempre la pelota, combinó rápido, pudo aumentar su cuenta y se pareció mucho al equipo suficiente de la Liga pasada. Pero llegó el descanso, se rompió el ritmo y el partido se durmió.

El Mallorca se resignó y el Barça se dedicó a administrar su ventaja. Difícilmente habrá vivido Valdés un encuentro más tranquilo. El partido quedó definitivamente roto con la expulsión de Ballesteros, y más tarde la de Farinós, muy revolucionado. Mientras, el Barça siguió probando suerte por la banda de Giuly, con disparos lejanos y con la actividad de un frenético Eto'o. Casi todo el peligro azulgrana llegó de centros al área buscando un testarazo del camerunés. Ayer metió tantos goles de cabeza como el año pasado. Buscó sin piedad el triplete ante su ex equipo pero Moyà, con espléndidas intervenciones, se redimió de su primer error. Rijkaard decidió reservar entonces energías ante el debut el próximo miércoles en la Liga de Campeones ante el Werder Bremen. Y sentó a dos de sus futbolistas vitales: Márquez y Deco. Fue sintomático que optara por Van Bommel e Iniesta antes que por Edmilson. Rijkaard ha vuelto al origen pero el Mallorca se lo puso tan fácil que al final alineó a tres defensas para que pudiera debutar Ezquerro. Pero el gol no llegó ni por esas -Van Bommel remató al poste- y el Barça se dedicó a pensar en la Champions.

Los jugadores del Barça abrazan a Eto'o tras uno de sus goles.
Los jugadores del Barça abrazan a Eto'o tras uno de sus goles.VICENS GIMÉNEZ

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