Desmesura

En el camino a la desmesura urbanística ahora le toca a Galapagar: el avance del Plan General de Ordenación Urbana aprobado por el Ayuntamiento, regido por el PP, dice pretender "el establecimiento de un crecimiento equilibrado", dado que "el medio físico se significa como el elemento singularizador y diferenciador del municipio, siendo su protección un elemento clave de la política urbanística". Pero el nuevo PGOU busca añadir al menos 26.730 habitantes más a los actuales 32.096 habitantes, hasta alcanzar la cifra de 58.826 habitantes. Con esas cifras sale un crecimiento de más del 83%.

¿Es eso un crecimiento equilibrado? ¿Y lo es, sobre todo, en un municipio que ha crecido "espectacularmente" (como reconoce el propio plan), aumentando un 96% de su población en los últimos diez años? (Si la ciudad de Madrid pretendiera un crecimiento similar debería sumar unos 2,5 millones de personas).

Si Galapagar quisiera de verdad crecer "equilibradamente" como la media de la Comunidad de Madrid tan sólo debería aumentar 5.000 habitantes en la próxima década. Pero crecer es el objetivo, porque el negocio está precisamente ahí: en recalificar terrenos y llenar los bolsillos de quienes se lucran con ello. Y no en ofrecer una vida mejor, por ejemplo, mejorando los servicios públicos (que actualmente son ya claramente deficitarios para la actual población: un único y saturado centro de salud, insuficientes plazas escolares...).

No importa que en el entorno de Galapagar haya también previstos crecimientos igualmente disparatados, ni que la saturación de urbanizaciones, carreteras y polígonos en la rampa serrana haga finalmente inhabitable un medio natural fundamental para la calidad de vida de todos.

El periodo de alegaciones a este plan demencial que trata de destruir el actual Galapagar para transformarlo en una urbe de 60.000 habitantes está abierto hasta el 22 de septiembre. ¡No queremos cambiar calidad de vida y medio ambiente por cantidad de negocio sólo para algunos.