A vueltas con el Barça

¿Somos un número o somos personas? El FC Barcelona ha decidido numerar los asientos de la tercera gradería, antiguamente general. Mi madre, socia del club desde hace más de 40 años, decidió comprar dos asientos, uno para ella y otro para su nieta, mi hija, socia del club desde que nació hace ya 11 años. Como no estaban numerados, siempre podían sentarse una al lado de la otra. El problema viene ahora, cuando el club nos ha asignado dos asientos con seis o siete filas entre ellos para los partidos de Liga, y como nuestra zona es la que se cede a los aficionados de los otros equipos en los partidos de la Copa de Europa nos han asignado uno en cada extremo del campo.

Acudimos a las oficinas para poder modificarlo y conseguimos que para la Liga tengamos uno delante del otro, pero para la Copa de Europa no hay posibilidad de cambio. ¿Me puede decir el señor Joan Laporta cómo dejo durante todo un partido sola a mi hija de 11 años? ¿Cómo antes de numerarlos no nos preguntaron si ese asiento estaba asociado con algún otro? ¿O es que creen que mandamos a nuestros hijos solos al fútbol?

Señor Laporta, ¿qué tengo que hacer para que mi hija pueda volver al campo de fútbol y sentarse junto a su abuela?- Yolanda Mombiela Cerdán. Barcelona.

Rozar el ridículo es lo que creo que está haciendo Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, al querer mezclar al club deportivo con sus propias aspiraciones nacionalistas. Es inaudito que este personaje se atreva a utilizar a uno de los más grandes equipos de fútbol de España para jugar con esta entidad como trampolín personal en su salto a la política local catalana.

El Barça, con aficionados en toda España y en el resto del mundo, se caracteriza por ser un club abierto a todas las nacionalidades. Mirando la ficha de la plantilla de esta temporada 2005-2006 nos encontramos a 13 jugadores nacidos en diversos lugares del extranjero (seis en Brasil, dos en Holanda, uno en México, uno en Camerún, uno en Argentina, uno en Suecia y uno en Francia). ¿Estarán los 13 interesados en ese asunto del Estatuto? Los nueve deportistas restantes de la primera plantilla son españoles, de los cuales seis son catalanes y tres de otras partes de España.

El deporte sirve para unir y disfrutar, y en un momento en el que el mundo tiende a una globalización en todos los aspectos, no puede ser que el Barça deje de ser más que un club para convertirse en una herramienta de propaganda seudopolítica de un dirigente que usa el fútbol para mostrar su acomplejamiento abertzale. No representa el espíritu culé, y esperemos que los socios y aficionados tomen buena nota de ello.