Movilidad insostenible en Sevilla
Tras varios años impulsando el Día Sin Coches, la Comisión Europea promueve también en 2005 una Semana de la Movilidad previa a dicha jornada que se celebrará el próximo domingo 22 de septiembre. La Semana de la Movilidad pretende ampliar la reflexión sobre los problemas de movilidad en la ciudad y desarrollar iniciativas dirigidas a paliarlos en diversos aspectos particulares: el transporte público, el peatón, la bicicleta, las vías verdes.
A pesar de los graves problemas de tráfico y movilidad existentes en Sevilla, el Ayuntamiento no ha querido sumarse a esta iniciativa europea y se limita a pasar por encima del evento, tras varios años de propuestas descafeinadas. Este año, Sevilla pasará de nuevo por "Un día sin coches" sin una preparación adecuada y sin la participación de las organizaciones interesadas. La Comisión Europea pide a los ayuntamientos inscritos en la jornada del Día Sin Coches que desarrollen no sólo actividades para ese día, sino que establezcan medidas permanentes para reducir el número de automóviles y mejorar los medios de transporte alternativos.
Desgraciadamente, el Ayuntamiento también incumple las propuestas de medidas permanentes del Día sin Coches del año pasado, como el tan cacareado en su momento "Pacto por la Movilidad". El resto del año el (des)gobierno municipal mantiene la misma política de tráfico que ha conducido a la degradación ambiental y al malestar social en los que vivimos. Sigue abriendo la ciudad al automóvil, desarrollando un urbanismo del automóvil, sin tomar en cuenta el propio espíritu del Día Sin Coches, es decir, sin considerar en serio las medidas que mejoren la movilidad de todos y eviten el uso inadecuado del automóvil.
Siendo la movilidad un asunto esencial para nuestra calidad de vida, las asociaciones ciudadanas están tomando la iniciativa de luchar contra esta nefasta política municipal. En muy pocos lugares de Europa la falta de iniciativas de la administración municipal esté teniendo que ser sustituida por los ciudadanos como aquí. Otra movilidad, otro transporte, otra circulación son posibles si se cambian los fundamentos de la política de tráfico establecidos en las últimas décadas, es decir, si se cambia la primacía del vehículo privado y se promueven los medios de transporte alternativos como el transporte público, la bicicleta y el peatón. Los problemas ambientales y sociales de la movilidad ya no se pueden resolver de modo eficaz ofreciendo tan sólo algunas tímidas infraestructuras para los medios de transporte alternativos. Unos cientos de metros de carriles-bici, una zona peatonal, unos kilómetros de carril-bus sin protección no son condición suficiente para cambiar el rumbo del tráfico. Hace falta crear redes adecuadas para caminar, pedalear y usar el transporte público disuadiendo al mismo tiempo el uso del vehículo privado. Muchas de las mejoras para los medios de transporte alternativos requieren cambiar el espacio público y la prioridad que hoy favorecen el uso indiscriminado de automóviles.
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