Zapatero e Ibarretxe condicionan la mesa de partidos al fin de la violencia de ETA

La reunión en La Moncloa entre el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y el lehendakari Juan José Ibarretxe se saldó ayer con un acuerdo por el que ambos condicionan la mesa de partidos para el proceso de paz en Euskadi al fin de la violencia de ETA. También sellaron tres acuerdos de gestión que desbloquean otros tantos litigios que mantenían enfrentadas a la Administración central y a la vasca: el cupo (la cantidad que el Ejecutivo de Vitoria paga a la Administración central por los servicios que ésta presta en Euskadi), los gastos por los vertidos del Prestige y la policía autonómica.

El Gobierno vasco redactó un comunicado en el que señalaba que el lehendakari Ibarretxe informó a Zapatero sobre su intención de iniciar un proceso de diálogo igualmente sincero y discreto con todas las formaciones políticas vascas con el fin de "generar las condiciones suficientes" para crear una mesa de partidos. Una mesa que tendría como meta alcanzar acuerdos que conduzcan "a la normalización política y poder abrir, por tanto, una fase de diálogo resolutivo".

La fase final de este diálogo resolutivo sería, según aclaró Ibarretxe a través de la nota de la presidencia vasca, "en ausencia de violencia y sin exclusiones", y tendría como resultado el que "todos los proyectos políticos pudieran ser presentados y, en su caso, materializados, siempre desde el respeto a la voluntad de los ciudadanos vascos expresada libre y democráticamente".

En este sentido, el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, manifestó al final del encuentro entre los dos presidentes "la identidad de puntos de vista entre Zapatero e Ibarretxe sobre la necesidad del fin de la violencia", a la que situó como condición "inexcusable" para abrir un proceso de paz y normalización en Euskadi.