Con el viento de proa

El crecimiento económico de Estados Unidos se moderó a una tasa anual de 3,3% en el segundo trimestre porque los consumidores, atenazados por el encarecimiento de los combustibles, gastaron menos de lo que el Gobierno había calculado inicialmente. La producción industrial en la zona de Chicago se contrajo en agosto por primera vez desde abril de 2003.

Los inversores esperan que la Reserva Federal se tome un descanso, hasta finales de año, en su política de aumento de los tipos de interés

Las previsiones apuntan que la economía reduzca su marcha debido a los altos precios de la energía y a los estragos del huracán Katrina

La cifra del segundo trimestre correspondiente al Producto Interior Bruto, el valor de todos los bienes y servicios que se producen en Estados Unidos, es inferior a la tasa del 3,4% calculada hace un mes y al 3,8% de los tres primeros meses del año. La asociación Nacional de Gerentes de Compras (NAPM) anunció, por su parte, que el barómetro de actividad comercial de Chicago bajó a 49,2 puntos en agosto desde los 63,5 puntos en julio, el mayor descenso histórico.

Los pagarés del Tesoro de Estados Unidos han subido de precio al preverse que la economía reduzca la marcha debido al aumento de los precios de la energía, agravado por los estragos del huracán Katrina en las refinerías a lo largo de la costa estadounidense del Golfo de México. Los inversores han aumentado sus apuestas a que la Reserva Federal se tomará un descanso de su serie de aumentos de tipos de interés hasta finales de año.

La subida energética

"El gran problema de la economía estadounidense en conjunto es el efecto de los precios de la energía", afirma Ben Bernanke, presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca y ex miembro del Consejo de Gobernadores de la Fed. "Si, efectivamente, suben mucho más, habrá un viento de proa, no hay duda".

Las obligaciones del Tesoro han mantenido las alzas después de conocerse el informe de Chicago, que los economistas consideran un barómetro de la manufactura estadounidense. El pagaré soberano a 10 años ha subido medio punto, lo que reduce su rendimiento seis puntos básicos, hasta el 4,03%. El dólar, por su parte, está bajando frente el euro y el yen.

"La economía sobrellevará los efectos del huracán Katrina y el encarecimiento de la energía", afirma Anthony Santomero, presidente del Banco de la Reserva Federal de Filadelfia. Santomero considera que si bien es posible que el crecimiento "se lentifique por un tiempo" debido a los estragos del huracán, los precios del petróleo y el descenso de los precios de la vivienda, "la expansión es lo bastante fuerte para tolerar" estos acontecimientos.

Menor demanda

Los pedidos y la cartera de encargos atrasados se contrajeron en el informe de Chicago, mientras que la producción aumentó a un ritmo más lento. Las cifras inferiores a 50 indican que la demanda se está debilitando. Parte de la merma puede deberse a los recortes en la producción de automóviles, señalan varios economistas.

El crecimiento del segundo trimestre se ha visto limitado porque las importaciones han sido mayores de lo que se había calculado inicialmente y porque los consumidores han frenado sus gastos para lidiar con las alzas de precios de los combustibles y el aumento de los tipos de interés. El precio del petróleo ha subido más del doble en dos años.

Al mismo tiempo, una medida de la inflación estudiada por los estrategas del banco central estadounidense se ha revisado a la baja en el informe del PIB, los precios de la energía se han disparado desde el fin del segundo trimestre. El índice subyacente de los precios de consumo (IPC), excluidos los alimentos y la energía, ha subido a una tasa anual del 1,6% en el trimestre pasado, en vez del 1,8% calculado anteriormente por el Gobierno. La medida básica, que los estrategas de la Fed tienen en cuenta, había subido un 2,4% en los tres primeros meses del año.