Natzaret teme a la lluvia

La zona del puerto de Valencia continúa en plena transformación en nombre de la Copa del América. A ritmo distinto, eso sí, dependiendo de qué infraestructura concreta se esté levantando, tirando, moviendo o incorporando al trazado. Las mismas zanjas, los mismos agujeros, los mismos tapones que hace un año causaron las inundaciones en el barrio de Natzaret con las primeras lluvias de septiembre siguen, prácticamente, en el mismo lugar y de la misma forma. Así las cosas, los vecinos, que han trasladado de forma diversa a la Administración el alcance de la tromba y las medidas necesarias para evitar el agua hasta la rodilla en un episodio similar. El primer aniversario se cumple con una situación casi idéntica a la que precedió a los desastres del 3 de septiembre de 2004.

Natzaret, a los pies de la antigua desembocadura del río Turia se convirtió en un barrizal tras unas lluvias que aunque intensas no tuvieron una especial violencia ni descargaron una desorbitada cantidad de agua. Julio Moltó, presidente de la asociación de vecinos de Natzaret, señaló entonces las obras del Puerto de Valencia en el antiguo cauce como el origen de la situación creada porque habían dejado una salida de agua muy estrecha que hizo de embudo ante la crecida provocada por la lluvia. Al no poder desaguar de forma normal, la corriente se desbordó en dirección hacia el barrio. El centro de salud antiguo, el nuevo, talleres, bajos, comercios y casas se llenaron de agua.

La asociación de vecinos impulsó una comisión de afectados y un año después ha conseguido que "se paguen las indemnizaciones, aunque tarde y mal (no cubre todos los gastos, el puerto no reconoce su responsabilidad, el Ayuntamiento no informó a tiempo de las ayudas extraordinarias a los afectados que ofrecía el Gobierno central)", explica Moltó.

Se activó desde la Administración, poco después del desastre, un plan contra inundaciones. En él, se introdujeron pequeños cambios en la obra, "pero no es suficiente", afirman desde el movimiento vecinal. Fue el pasado 14 de abril cuando se aprobó la construcción de un muro con cargo a los gastos de la Generalitat. Se acerca de nuevo la época de lluvias y el muro no está. Y no está teniendo en cuenta, tal como relatan desde la asociación de vecinos que el estudio de inundabilidad del que dispone el Consell contempla tres hipótesis de inundaciones en el barrio: En el caso menos grave el barrio se inundaría medio metro; en el más grave metro y medio.

Y en ese escenario de riesgo reconocido y certificado, los aliviaderos en los que insistieron los vecinos tampoco están operativos. En cambio, la segunda fase de obra del puerto sigue adelante: tapar el río.

Sobre ese particular los vecinos también señalan los enormes riesgos: Es un obstáculo a la salida del agua. La asociación sostiene que en el proyecto el río desembocará sólo en el interior del puerto, mientras que entienden que debe tener otra salida directa al mar. Más aún. Las lluvias pillarán en plena apertura de tierra un aparcamiento en el cauce junto al puente de Astilleros.

La asociación de vecinos asegura haber tenido conocimiento de un informe municipal en el que expresamente se recomienda -en contradicción con la obra del puerto para desviar el río y aprovechar el suelo para su uso exclusivo- la continuidad del río hasta el mar y diseñar una zona de transición entre el puerto y la ciudad para compensar a Nazaret de los daños causados por el puerto. Los vecinos denuncian que ese informe no se hizo -como estaba acordado por convenio de Mayo de 1986- antes del comienzo de obra. La supuesta negligencia del Ayuntamiento ha sido denunciada ante el Defensor del Pueblo.