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Washington negoció con los talibanes matar a Bin Laden

Estados Unidos y el régimen talibán afgano hablaron en 1998 de la posibilidad de asesinar o expulsar de Afganistán a Osama Bin Laden, según documentos del Departamento de Estado norteamericano difundidos ayer por la cadena CNN. Los documentos, desclasificados recientemente por los Archivos Nacionales de EE UU, indican que Washington mantuvo una intensa actividad diplomática tras los atentados terroristas contra sus embajadas en Kenia y Tanzania, en agosto de 1998, que causaron la muerte de más de 200 personas.

El embajador adjunto de EE UU en Pakistán, Alan Eastham, se reunió en noviembre y diciembre de ese año con Wakil Ahmed, uno de los principales colaboradores del máximo líder talibán, el mulá Omar. Según los documentos, Ahmed dijo al diplomático norteamericano, acerca de los atentados de África: "Es increíble lo que ese hombrecillo les ha hecho", indicó CNN en su página de Internet. Sin embargo, el enviado talibán aseguró a Eastham que había hablado con Omar del asunto y que los talibanes aún no consideraban a Bin Laden un terrorista.

Ahmed señaló que una posibilidad de poner fin a las actividades del jefe de la red terrorista Al Qaeda era que Estados Unidos lo matase u organizase su asesinato. Estados Unidos, "si así lo decidía", podía organizar el asesinato de Bin Laden, ya que los talibanes no podrían hacer nada para evitarlo, añadió.

Wakil Ahmed también sugirió la posibilidad de que Washington entregara a los talibanes misiles crucero para que ellos mismos se ocuparan de acabar con el millonario saudí. A cambio, pidió a EE UU que no volviera a bombardear Afganistán, como hizo en agosto en represalia tras los atentados en África, y solicitó a Washington que hiciera una nueva propuesta "para resolver el asunto", añaden los documentos.

Guerra contra la URSS

Sin embargo, el Tribunal Supremo de Afganistán declaró a Bin Laden inocente de terrorismo y Ahmed comunicó a Eastham que el régimen talibán tenía complicado entregar al líder de Al Qaeda, ya que el pueblo afgano "no entendería" esa medida, pues se trataba de una figura destacada de la lucha contra la invasión soviética en los años ochenta.

Los documentos desclasificados incluyen comunicaciones entre Washington y los talibanes a través de misiones diplomáticas en Arabia Saudí, Pakistán, Egipto, los Emiratos Arabes Unidos y Naciones Unidas. En uno de los documentos se insiste en la posibilidad de ejercer presión a través del Gobierno saudí, con gran influencia religiosa sobre Pakistán y Afganistán, para que a su vez presionara a las autoridades paquistaníes, que respaldaban al movimiento talibán. Para ello, se sugirió "apelar a la mentalidad mercantil tradicional de muchos afganos", explicándoles qué podían ganar y qué podían perder si expulsaban o entregaban a Bin Laden.

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