Grito de guerra
Desde una historiografía del arte contemporáneo dominada por las exigencias del mercado se está construyendo una historia del arte actual basada en hitos, figuras agigantadas por el efecto de sus propias sombras, y en obras, que se presentan como paradigmas aislados e incuestionables. El resultado se aprecia en esos archipiélagos a la deriva que configuran el conjunto de "antológicas" en las que el supuesto personaje queda convenientemente fijado para la posteridad y aislado (¿blindado?) sin ninguna relación con el medio social, cultural o artístico al que debería pertenecer pero del que, la mayoría de las veces, no está participando. Obviamente, no todos los artistas ni las exposiciones son así, la que ahora comento, al menos, no lo pretende ser, tal vez porque el fenómeno que supuso el grupo A Ua Crag no pueda ser presentado de forma aislada, sus miembros no son "personajes" y las obras no pueden ser tomadas como paradigmas de nada.
A UA CRAG
Museo Patio Herreriano
Jorge Guillén, 6. Valladolid
Hasta el 18 de septiembre
Para empezar por el principio hay que decir que A Ua Crag es un grupo de artistas, en el sentido vanguardista de la expresión, que surgió en 1985 en Aranda de Duero (Burgos) y que, increíblemente, se ha mantenido durante once años, algo realmente inusual, mucho más si tenemos en cuenta el individualismo que domina en el arte desde los años ochenta. El éxito de esta larga unión se debe a que no se trata de un colectivo que defendía un estilo, tendencia o manera, como fue el expresionismo o la más amplia abstracción, sino que aunaba el esfuerzo de artistas que practicaban diferentes "estilos", que trabajaban para conseguir llevar a cabo proyectos, exposiciones, talleres o ediciones concretas sin, por ello, perder su identidad o autoría, sin seguir tampoco los dictados de un pope, como sucedía en el surrealismo.
Una de las cosas que lla
ma poderosamente la atención es precisamente la ausencia de un líder. Hay, por supuesto, artistas con mayor presencia y continuidad en el grupo, junto a otros que han participado ocasionalmente, pero cuando ahora se contempla el conjunto se aprecia una tendencia a la instalación, la performance, el assemblage objetual o a los procedimientos que implican construcción, sin que por ello se relegue la pintura, que está muy presente, y sin renunciar al poder de los signos y de las imágenes. Estos rasgos de mestizaje y amalgama pueden hacer dudar al aprendiz de historiador que se encontrará con la dificultad de "clasificar" las obras de A Ua Crag, sin embargo, la independencia del grupo en cuanto a la tiranía del mercado, constituyéndose en un cierto momento en "galería comercial", y al disponer de una nave-taller en la que poder trabajar, experimentar y exponer, así como su capacidad de gestión, al establecer contactos con otros grupos extranjeros con los que han realizado intercambios de trabajo y exposiciones conjuntas, les ha convertido en un fenómeno artístico digno de ser tenido en cuenta.
Ciertamente, en la exposición que ahora se puede ver no hay ninguna "obra maestra", ni el grupo fue capaz de destilar una doctrina estética a través de algún tipo de manifiesto, cosa que tampoco ha hecho ninguna de las grandes figuras desde hace treinta años, pero la muestra pone el acento en el contexto, en los documentos, en las circunstancias y, de ahí, surge, con inusitado vigor, la imagen de lo que fue el grupo A Ua Crag y se desprende una actitud militante frente a la tiranía, hoy totalmente aceptada, del mercado galerístico.
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