Batalla campal entre 200 jóvenes y la policía en las fiestas de Gràcia de Barcelona

Por segundo día consecutivo, un grupo de 200 jóvenes se enzarzó durante la madrugada de ayer en una batalla campal contra los agentes de policía que intentaban desalojar las plazas del distrito barcelonés de Gràcia, que desde el pasado 15 de agosto celebra sus fiestas multitudinarias. Los altercados se saldaron con ocho policías antidisturbios heridos, destrozos de mobiliario urbano por un valor superior a los 25.000 euros y del tradicional decorado de algunas calles del barrio. Las Administraciones acordaron ayer reforzar el dispositivo policial en la zona.

La batalla campal en las calles de Gràcia se originó de forma prácticamente idéntica a la de la madrugada del martes, cuando tres policías resultaron heridos. A las 2.30 de ayer, la policía intentó desalojar la plaza de Rius i Taulet, donde se encuentra la sede del distrito. De acuerdo con la explicación del alcalde en funciones de Barcelona, Ferran Mascarell, un grupo de entre 50 y 60 personas se negó a abandonar la plaza y arrojó botellas de cristal y escombros a los agentes.

Los policías cargaron contra los jóvenes, a los que se añadieron otros 150. A partir de ese momento, la pelea se extendió a las calles más cercanas a la plaza donde empezaron los altercados. Quemaron contenedores, destrozaron cabinas telefónicas y cristales de entidades financieras y volcaron varios contenedores de reciclaje para usar las botellas como arma arrojadiza. Los alborotadores también rompieron algunos decorados que los vecinos elaboraron para presentar sus calles al tradicional concurso de la fiesta mayor. Fuentes de la Guardia Urbana señalaron que en la madrugada de ayer la actitud de los jóvenes fue mucho más agresiva y violenta que en la noche anterior.

La consejera de Interior de la Generalitat, Montserrat Tura, y el propio Mascarell se mostraron convencidos de que hay un núcleo más o menos organizado y luego espontáneos que se incorporan a la trifulca. "Es una suma de todo. Hay un sustrato de gente con ganas de bronca que, tras haber ingerido de forma compulsiva alcohol y otras sustancias, protagoniza estos altercados. Luego están los que se les añaden y los que les aplauden", aseguró Tura, que calificó los hechos de las dos madrugadas de "muy graves".

A pesar de que las primeras informaciones policiales señalaban a colectivos okupas como los que provocaron los incidentes, ayer el Ayuntamiento responsabilizó a un grupo mucho más heterogéneo, que tachó de "totalitario".

Varios vecinos del barrio explicaron que muchos de los que se enfrentaron a la policía eran jóvenes que llevaban desde la tarde "haciendo botellón", y que luego se añadieron muchos extranjeros, en especial franceses e italianos. Aun así, el concejal del distrito, Ricard Martínez, atajó: "Ninguno de los que tiraron botellas era extranjero". Las dos plataformas de okupas que organizan actos festivos no autorizados se desvincularon ayer de los altercados.

El Ayuntamiento, la Generalitat y la Delegación del Gobierno acordaron reforzar la presencia policial en Gràcia para "garantizar la convivencia" y el "descanso vecinal" en las fiestas de barrio, que son de las más conocidas y multitudinarias de Cataluña.

La Federación Fiesta Mayor de Gràcia, la entidad que organiza los festejos, eludió ayer hacer declaraciones públicas. Aun así, miembros la asociación se mostraron dolidos porque creen que estos grupos han estropeado los trabajos de preparación, de casi un año.